Existen
muchas causas por las que podemos sentir dolor en el pecho o torácico, desde
problemas de ansiedad hasta digestivos, pero muy pocas requieren acudir a
urgencias. ¿Cómo actuar en los primeros momentos si pensamos que se trata de
algo grave?
Opresivo,
punzante, pinchazo, quemazón... El dolor en el pecho o torácico es uno de los
motivos de consulta más frecuentes en los servicios de urgencias. Existen
muchas causas por las que puede aparecer porque en esta parte del cuerpo se
encuentran órganos vitales, como el corazón y los pulmones, además del esófago,
las costillas, la columna dorsal y los músculos. Y cualquiera de estas ‘piezas’
puede verse afectada.
Algunos
de estos dolores se originan por traumatismos, crisis de ansiedad o problemas
digestivos, entre otros motivos, pero la mayoría no son preocupantes en el
sentido de que puede demorarse la consulta a un profesional médico. Mientras
que otros sí que requieren acudir rápidamente a un centro sanitario o incluso
llamar al 911.
“Las
principales causas de dolor torácico, en un porcentaje que puede ser tan
variable como de un 10% a un 80%, son idiopáticos, es decir, no hay una causa
que lo defina”, señala Vicente Pallarés, Coordinador GT de Hipertensión
Arterial y Enfermedad Cardiovascular de la Sociedad Española de Médicos de
Atención Primaria (SEMERGEN).
Sonia
Moreno Escribà, coordinadora del Grupo de Trabajo de Urgencias y Atención
Continuada de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria
(semFYC), explica cuáles son las causas de dolor en el pecho:
Problemas de corazón: los más preocupantes son los causados por falta
de riego o alteraciones del ritmo. Si la falta de riego es breve, se trata de
una angina de pecho. Si se mantiene y produce una zona lesionada, de un infarto
de miocardio. Sobre las arritmias, Moreno comenta que son problemas del sistema
de conducción o eléctrico del corazón y esto puede provocar que se acelere o se
ralentice y, por tanto, que no bombee bien para una determinada
actividad.
Problemas de pulmón: los
reconocerás porque se suelen manifestar como falta de aire, “pero tenemos
algunos en los que se acompaña de dolor en el pecho. Podría deberse a la
entrada de líquido u ocupación en la membrana que los recubre, por ejemplo, un
derrame pleural como consecuencia de infecciones, insuficiencia cardiaca,
tumores... O también por ocupación en el propio pulmón (una neumonía) o por
destrucción del mismo de forma espontánea o traumática (golpe o herida en el
pecho) que genere un neumotórax”, señala Moreno.
Problemas digestivos: por ejemplo, inflamaciones del esófago o del
estómago, si son muy intensas se debe consultar al médico.
Problemas
en las costillas y los músculos que las unen: pueden ser causa de dolor, pero
raramente es espontáneo, suele deberse a golpes o movimientos repetidos, desde
esfuerzos físicos a la tos.
Problemas en los músculos de
la espalda: sobre todo por contracturas que nos dan dolor en el
pecho. Suelen notarse dolorosos y endurecidos al tacto.
Problemas
en la piel: un dolor en el pecho o
torácico puede deberse a un herpes zóster, que es una infección del virus de la
varicela que inflama una zona nerviosa. Puede ser en diferentes partes del
cuerpo y suele afectar a medio cuerpo, sigue una línea y además del dolor, que
suele ser la primera manifestación, aparecen ampollas pequeñas, con líquido
claro y puede estar la zona enrojecida.
Problemas de ansiedad: es
una reacción de adaptación a situaciones estresantes, pero, si es continua,
puede llegar a ser patológica.
¿Cuándo preocuparse por un
dolor en el pecho?
“Si
duele parte derecha del tórax no genera ninguna urgencia, pero si coincide con
la parte izquierda podemos entrar en crisis porque siempre la relacionamos con
el corazón y con sufrir un infarto”, afirma Pallarés. El doctor describe el
dolor de infarto, en la zona central o izquierda, como opresivo, urente (con
quemazón, ardor, escozor) y puede irradiarse hacia el cuello, la espalda o los
brazos. “Es un dolor de sentirte morir. Así es como lo definen muchas veces los
pacientes”, precisa el doctor, quien añade que se trata de un dolor
persistente, que no se modifica, aunque la persona cambie de posición (por
ejemplo, al tumbarse). “Este dolor, de carácter isquémico, es el que nos tiene
que preocupar”.
Sin
embargo, “los infartos no siempre presentan dolor, sobre todo en las personas
con diabetes”. El doctor explica que, aunque pueden sufrirse infartos sin
dolor, normalmente se siente cierta molestia y, a veces, se nota una sudoración
que no es normal, como si se tuviera fiebre, o náuseas o tos. En el caso de
arritmia o taquicardia, más que dolor torácico, se siente un malestar general.
“Una vez que el infarto queda descartado, el resto ya no es tan urgente o
preocupante, entre comillas”, subraya Pallarés.
¿Qué hacer si sientes dolor en
el pecho?
La
doctora Moreno comenta que cuando sintamos un dolor en el pecho, “lo primero
que debe hacer es parar lo que se esté haciendo, a ser posible sentarse y
respirar con tranquilidad. Si este dolor no cede, se acompaña de náuseas o
vómitos, falta de aire o sensación de muerte, debe acudir a un centro sanitario
o llamar al 911”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario