La
ansiedad, si bien es un sentimiento común, es una compañera desagradable. Si
tuvieran la opción, la mayoría de la gente preferiría evitarla. Ya sea que
tenga sus raíces en la genética, el trauma infantil o la química cerebral, la
ansiedad es una condición difícil de tratar. Quienes sufren de ansiedad a
menudo adoptan hábitos destructivos que les impiden controlar eficazmente los
síntomas asociados a ella. Sin darte cuenta, puedes estar empeorando tu
ansiedad. El camino para curar la ansiedad para siempre requiere mantenerse
alejado de los hábitos destructivos comunes y optimizar sus habilidades de
afrontamiento. Sólo rompiendo estos hábitos poco saludables podrás empezar a
sentirte mejor con respecto a tu ansiedad. A continuación presentamos algunos
pensamientos, comportamientos y hábitos comunes que aumentan tu ansiedad.
1. Evitación
Los
psicólogos dicen que la evitación es el factor principal que alimenta la
ansiedad. Cuando nos enfrentamos a personas o situaciones que causan ansiedad,
el impulso de evitarlas puede parecer sensato. Sin embargo, muchas personas no
se dan cuenta de que dichas conductas de evitación promueven e intensifican la
ansiedad. La terapia de exposición (TE), que implica dividir gradualmente las
circunstancias que provocan ansiedad en preocupaciones más pequeñas bajo la
supervisión de un terapeuta, puede resultar útil. El objetivo es afrontar cada
situación, empezando por la que menos ansiedad provoca y permaneciendo en ella
hasta que el miedo desaparezca.
2. Aislarte
Aunque
la idea de una velada tranquila o un fin de semana solitario en casa puede
parecer una forma ideal de relajarte, especialmente para quienes sufren de
ansiedad social, alejarte de los demás puede empeorar los síntomas en lugar de
aliviarlos. El apoyo y la conexión social son importantes por diversas razones,
y pasar demasiado tiempo a solas con pensamientos de preocupación puede
perpetuar tu ansiedad.
3. Desorden
en tu hogar
Varios
estudios han descubierto que un entorno de vida desordenado está relacionado
con un mayor estrés, ansiedad, depresión y procrastinación. El entorno
desordenado presenta señales no deseadas al cerebro, lo que provoca una
irritación continua cuando se buscan objetos que se pierden con regularidad,
como las llaves del coche. El desorden también promueve sentimientos de culpa,
molestia y vergüenza. Desvía tu atención de las posesiones y gastos
materiales y, en su lugar, prioriza sumergirte en experiencias
significativas y fomentar conexiones con los demás. Disfruta de la
naturaleza y participa en conversaciones sinceras con tus seres queridos.
Estos momentos invaluables son gratuitos, no agregan desorden físico y tienen
la capacidad de reducir la ansiedad mientras mejoran tu calidad de vida.
4.
Buscar constantemente tranquilidad
El
hábito de buscar continuamente comentarios de las personas o confiar en
búsquedas de salud en Internet puede aumentar la sensación de ansiedad. Estos
comportamientos se denominan búsqueda de tranquilidad. Los terapeutas explican
que, si bien la seguridad en uno mismo proporciona una solución momentánea a
las preocupaciones mentales, también inicia un ciclo de retroalimentación
negativa a largo plazo que requiere tranquilidad continua para lograr una
sensación de normalidad. En pocas palabras, confiar en la tranquilidad
proporciona un alivio temporal, pero hace poco para abordar las causas
subyacentes de la ansiedad persistente. Se debe evitar la búsqueda excesiva de
tranquilidad porque tiende a aumentar la ansiedad con el tiempo.
5. Falta
de actividad física
No se
puede subestimar el papel del ejercicio en el manejo de la ansiedad, y el
aumento de las tasas de ansiedad en las últimas décadas está estrechamente
relacionado con la falta de actividad física. Cada vez más, las personas llevan
estilos de vida sedentarios, y con ese exceso y energía desviada viene un
aumento del estrés. La dificultad radica en el hecho de que la ansiedad a
menudo conduce a una tendencia a la inactividad. Sin embargo, es imperativo encontrar
una solución, ya que la falta de ejercicio no sólo intensifica la ansiedad sino
que también compromete significativamente la capacidad de afrontar la
situación.
6. Catastrofizar
¿Alguna
vez te ha preocupado que tu ansiedad te haga desmayarte sin nadie cerca que te
ayude? ¿Y alguna vez has pensado que si no te recuperas rápidamente de este
procedimiento, nunca mejorarás? Los psicólogos dicen que este tipo de
pensamiento se conoce como catastrófico, en el que las personas se fijan en las
peores situaciones y honestamente sienten que son las más probables que
ocurran. No sorprende que el catastrofismo aumente la ansiedad. Según la
terapia cognitivo-conductual, la ansiedad suele ser causada por sobreestimar la
importancia de un problema y subestimar nuestra capacidad para afrontarlo. Para
contrarrestar eficazmente los pensamientos del peor de los casos, es útil
introducir una perspectiva positiva preguntando: “¿Qué pasa si todo va bien?”.
La ansiedad tiende a centrarse en lo negativo, descuidando a menudo la
posibilidad de un resultado positivo. Además, puede resultar beneficioso
investigar estrategias eficaces para afrontar situaciones desagradables. Te
sugerimos hacerte la siguiente pregunta: “Si ocurriera el peor de los
casos, ¿qué fortalezas tienes para afrontar lo que podrías
subestimar en ese momento?” Esencialmente, si te desmayaras, ¿no habría
nadie para ayudarte? ¿Podrías informar a tus seres queridos sobre esta
posibilidad para que estén preparados para intervenir?
7. Agradar
a la gente
Buscar
constantemente la aprobación de los demás puede generar ansiedad. Cuando
priorizas constantemente las necesidades y opiniones de los demás sobre las
tuyas, genera malestar y fomenta la ansiedad en tu interior. Además, promueve
una sensación de abandono del propio bienestar, lo que empeora la ansiedad.
Muchas personas están condicionadas a priorizar a los demás, lo que dificulta
liberarse de este patrón de comportamiento. El hábito crea un ciclo de
autodescuido al anteponer constantemente los deseos y necesidades de los demás
a los suyos propios, lo que a menudo resulta en límites débiles. Además,
relacionar su autoestima con los demás y sus acciones hacia ellos contribuye de
manera importante a la ansiedad.
8.
Diálogo interno negativo
Los
psicólogos explican que sentirte inadecuado o anticipar resultados
desfavorables genera ansiedad más allá de la mera negatividad. Muchas personas
desconocen cómo se hablan a sí mismas durante sus actividades diarias. Muchos
de nosotros tenemos una tendencia a hablarnos internamente de manera negativa,
lo que a menudo excede las palabras afectuosas que usamos cuando conversamos
con amigos o familiares.
Los
expertos dicen que las personas deberían examinar deliberadamente su diálogo
interno, enfatizando que el primer paso es tomar conciencia de estos patrones
en lugar de cambiarlos de inmediato.
Evita
reforzar tu ansiedad
Simplemente
ignorar los errores inducidos por la ansiedad no curará milagrosamente tu
ansiedad. Sin embargo, continuar con estos hábitos nocivos dificulta
significativamente el proceso de rehabilitación de la ansiedad. Incluso las
terapias más exitosas del mundo no pueden alcanzar su máximo potencial si no se
duerme lo suficiente, se evita el ejercicio y se muestra falta de dedicación para
superar la ansiedad. Liberarte de estos hábitos te permite realizar cambios
importantes en tu vida. JQR
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