No basta con rezar si tus manos están cruzadas cuando alguien cae. No basta
con creer si cierras los ojos ante la injusticia.
Cristo no te apunta para acusarte. Te señala porque cree en ti. Porque sabe
que puedes hacer algo. Porque sabe que hay una parte del Reino que no se
construirá sin tu sí.
Él no busca perfectos. Busca disponibles. Gente que no se excuse con frases
piadosas mientras el mundo se parte en dos.
¿Sigues pensando que el dolor del otro no es tuyo?
¿Que la violencia, la corrupción, el hambre, el abandono… son cosas de
‘allá’, de ‘otros’?
No.
Esto también es contigo. Y el Evangelio no es un refugio. Es un llamado. RM
No hay comentarios.:
Publicar un comentario