La esperanza de vida, dejando
de lado la Covid-19, ha crecido enormemente en el último siglo y casi se ha
duplicado. En Italia, uno de los países más longevos del mundo, la esperanza de
vida de las mujeres italianas es de aproximadamente 84,8 años, más de 4 años
más que la de los hombres, que se sitúan en 80,7 años. Pero ¿por qué las
mujeres viven más que los hombres?
La mayor longevidad femenina
parece ser bastante independiente del lugar donde viven las mujeres, de cuánto
dinero ganan y de otros factores sociales y ambientales. Esto pasa en la
mayoría de los mamíferos y se trata de un fenómeno que se observa en todo el
mundo incluso en periodos de epidemias o hambrunas.
Hormonas y comportamiento
Las hormonas sexuales, como el
estrógeno, juegan un papel interesante en la longevidad, debido a su efecto
sobre el sistema inmunológico. Pero cuando los niveles de estrógeno disminuyen,
como durante la menopausia, el sistema inmunológico de las mujeres parece
debilitarse y las mujeres tienden a alcanzar (o superar) a los hombres en
términos de desarrollo de enfermedades.
Los patrones de comportamiento
también juegan un papel clave. Las mujeres generalmente tienen menos
probabilidades que los hombres de fumar o beber mucho, comportamientos que
contribuyen significativamente a la mortalidad. En general, las mujeres tienen
más probabilidades de adoptar conductas que promuevan la salud, como ir al
médico, someterse a pruebas de detección, usar el cinturón de seguridad y
conducir con seguridad, además de tener más probabilidades de socializar (el
aislamiento social es un factor de riesgo para el deterioro cognitivo).
El despertar del cromosoma X
secundario
Ahora, un grupo de
investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) ha
identificado el secreto de la longevidad femenina en el segundo cromosoma X
que, según los autores, no está tan ‘latente’ como se creía. Según los
científicos, que realizaron un estudio en ratones publicado en Science
Advances, con el envejecimiento el cromosoma X secundario se despierta,
activando una serie de genes capaces de determinar una vida más larga, con
mayor resiliencia al deterioro cognitivo, aunque sólo si no están presentes
patologías como el Alzheimer).
El hecho de que las mujeres
vivan más que los hombres no significa necesariamente que vivan mejor. De
hecho, las mujeres tienden a vivir vidas más saludables durante menos años que
los hombres. En la vejez, especialmente después de la menopausia, las mujeres
son generalmente más frágiles y vulnerables que los hombres, desarrollando
problemas cardiovasculares y Alzheimer.
Las mujeres y los hombres
envejecen de manera diferente, y comprender por qué, dicen los científicos,
podría mejorar la vida y la salud de ambos sexos. “Si podemos entender qué hace
que un sexo sea más resiliente o vulnerable, tendremos una nueva comprensión
molecular que podría conducir a nuevas terapias que puedan hacer que hombres y
mujeres sean más resilientes”, explica la Dra. Dena Dubal, neuróloga de la
Universidad de California en San Francisco (EEUU).
Los primeros trabajos sobre
los cromosomas sexuales
Las investigaciones en este
campo se llevan a cabo desde hace mucho tiempo. El mismo grupo de trabajo
examinó en 2018 ratones modificados genéticamente con diferentes combinaciones
de cromosomas sexuales y órganos reproductores. Aquellos con dos cromosomas X
(sexo biológico femenino) y ovarios vivieron más tiempo, seguidos por los
ratones con dos cromosomas X y testículos. Los ratones con cromosomas XY (sexo
biológico masculino) tenían una esperanza de vida más corta.
“Había algo en el segundo
cromosoma X que protegía a los ratones de morir prematuramente, a pesar de que
tenían testículos”, comentó el Dr. Dubal. “¿Y si hubiera algo en ese segundo
cromosoma X que de alguna manera estuviera relacionado con una mayor juventud?”,
se pregunta. Los científicos aún no han examinado este fenómeno en humanos,
pero el profesor Dubal dice que el hecho de que tengamos las mismas hormonas
sexuales y cromosomas, así como sistemas reproductivos similares, sugiere que
los resultados podrían ser similares en las personas.
Genes del cromosoma X que se
reactivan
Los científicos californianos
han ido más allá con un nuevo trabajo. En la investigación recién publicada,
analizaron modelos híbridos de ratones y tejido cerebral humano donados por
hombres y mujeres mayores. Para entender cómo trabajaban los científicos hay
que aclarar que el par de cromosomas sexuales (XX en mujeres y XY en hombres)
determina el sexo de un individuo: el par XX identifica a un individuo
genéticamente femenino mientras que el par XY identifica a un individuo
genéticamente masculino.
El cromosoma X contiene
aproximadamente mil genes y sólo unos pocos están directamente involucrados en
la determinación del sexo. El cromosoma Y contiene alrededor de 45 genes con
ADN útil para regular la expresión genética.
Cada célula del cuerpo
femenino tiene dos copias del cromosoma X: una está activada (Xa), mientras que
la otra (Xi) no está activada. Sin embargo, algunos genes silenciosos en el
cromosoma Xi podrían escapar a la inactivación: según el estudio, de hecho,
aproximadamente el 7% de los genes del cromosoma Xi pudieron reactivarse
durante el envejecimiento, y muchos de ellos juegan un papel en el desarrollo
del cerebro.
Centrarse en el gen PLP1 para
contrarrestar el deterioro cognitivo
Los científicos se centraron
en el gen PLP1, que aumenta su expresión en neuronas, conexiones neuronales y
astrocitos, que desempeñan un papel importante en la memoria. El gen PLP1
expresa una proteína implicada en la formación de las vainas de mielina que
rodean a las neuronas y les permiten enviar mensajes de forma más eficiente, explican
los investigadores en una nota de prensa. Se observó que en ratones hembras de
mayor edad había una mayor expresión del gen PLP1 y, según los investigadores,
esta podría ser la razón detrás de la mayor cognición en las hembras de mayor
edad.
Luego se incrementó
artificialmente la expresión de este gen en ratones machos y hembras de edad
avanzada y ambos obtuvieron mejores resultados en pruebas cognitivas.
¿Se aplica esto también a los
humanos? Científicos californianos examinaron tejido cerebral donado a la
ciencia por personas mayores y observaron que sólo las mujeres mayores tenían
una mayor expresión de PLP1 en el parahipocampo, comparable al hipocampo de los
roedores. En el futuro, el desarrollo de tratamientos para amplificar la
expresión de este gen podría quizás ser clave para contrarrestar el deterioro
cognitivo. BP
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