lunes, 15 de diciembre de 2025

Cristo al encuentro en cada amanecer…

Todavía no abrías los ojos… y Él ya estaba ahí. No con reproches. No con urgencias. Solo con las manos juntas y el alma encendida.

No te despertó. Solo susurró con su presencia: “Estoy contigo. Hoy también caminamos juntos”.

Y cuando por fin abriste los ojos, quizá no lo viste… pero sentiste la paz de saber que no amaneciste solo. RM

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