martes, 9 de diciembre de 2025

Cristo en la Ciudad - Ni la oscuridad lo detiene (2)…

No trae libros ni fórmulas. Trae la carga del día, los silencios de su casa, los nombres de sus hijos y un suspiro que no supo poner en palabras.
Se arrodilla con torpeza, como quien no está acostumbrado a los templos, pero sí a confiar.
No pide milagros grandiosos. Pide fuerza. Para seguir madrugando sin quejarse. Para amar sin ser visto. Para no rendirse cuando todo parece poco.
Frente al Santísimo, no se siente pobre. Se siente hijo.
Y el Pan vivo no le responde con voz, pero lo mira. Y ese mirar basta. Porque el que adora, aunque sea en silencio, ya está siendo sanado. RM

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