Juan Yi Yun-il, Santo
Catequista laico y
Mártir, 21 de Enero
Martirologio
Romano: En la
aldea de Daegu, en Corea, san Juan Yi Yun-il, mártir, que, siendo padre de
familia, campesino y catequista, hubo de soportar azotes y luxación de todos
sus miembros, manteniéndose constante en la fe cristiana, con lo que alcanzó
con buen ánimo el martirio al ser degollado. Fue la última víctima de la gran
persecución en esta nación († 1867).
Fecha de beatificación: 6 de octubre de 1968 por el Papa Beato Pablo
VI.
Fecha de canonización: 6 de mayo de 1984 por el Papa San Juan Pablo
II.
Variante del
nombre: Juan
Ni Youn-il.
En la persecución coreana contra la Iglesia los fieles seglares, como ya queda dicho en otro lugar, pese a que su conversión al cristianismo era reciente, demostraron una fe profunda y seria, y por ello concurrieron a la palestra a luchar por el evangelio con su testimonio martirial junto con sus misioneros.
Tal día como hoy, 21 de
enero, del año 1867 padeció martirio en el pueblo de Toi-Kon un seglar llamado
Juan Yi Yun-il. Tenía 45 años de edad y se había acreditado ante los misioneros
como para encomendarle el cargo de catequista de los niños y de los
catecúmenos, cargo que él desempeñaba con gran celo. Estaba casado y era padre
de familia. Se ganaba la vida como agricultor.
Cuando fue arrestado, se
quiso a todo trance conseguir su apostasía, ya que si el catequista apostataba,
ello sería buen argumento para conseguir que otros fieles lo hicieran. Por ello
fue atrozmente atormentado. Primero fue molido a palos, recibiendo innumerables
azotes que lo dejaron maltrecho, y como esto no fue suficiente para que
apostatara se le descoyuntaron los huesos, lo que le produjo dolores terribles.
El mártir soportó con viva fe y gran paciencia los tormentos, teniendo delante
de su alma los dolores de Cristo en su pasión y ofreciendo al Señor su vida en
gratitud por el don de la fe y la redención que de Él había recibido. No vaciló
un momento en su confesión cristiana y admiró a todos la alegría que mostraba de
padecer por Cristo. Consumó su martirio cuando su cabeza fue separada de un
tajo de su cuerpo, volando al cielo su hermosa alma.
La comunidad cristiana
conservó el recuerdo de éste, como de los otros mártires, y por ello su nombre
estuvo en la lista dorada de los 103 mártires de Corea que canonizó en
Seúl el papa Juan Pablo II el día 6 de mayo de 1984.
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