En el núcleo de la fe cristiana en un
Dios trinitario hay una afirmación esencial. Dios no es un ser tenebroso e
impenetrable, encerrado egoístamente en sí mismo. Dios es Amor y solo Amor. Los
cristianos creemos que en el Misterio último de la realidad, dando sentido y
consistencia a todo, no hay sino Amor. Jesús no ha escrito ningún tratado
acerca de Dios. En ningún momento lo encontramos exponiendo a los campesinos de
Galilea doctrina sobre él. Para Jesús, Dios no es un concepto, una bella
teoría, una definición sublime. Dios es el mejor Amigo del ser humano.
Los investigadores no dudan de un dato
que recogen los evangelios. La gente que escuchaba a Jesús hablar de Dios y le
veía actuar en su nombre, experimentaba a Dios como una Buena Noticia. Lo que
Jesús dice de Dios les resulta algo nuevo y bueno. La experiencia que comunica
y contagia les parece la mejor noticia que pueden escuchar de Dios. ¿Por qué?
Tal vez lo primero que captan es que
Dios es de todos, no solo de los que se sienten dignos para presentarse ante él
en el Templo. Dios no está atado a un lugar sagrado. No pertenece a una
religión. No es propiedad de los piadosos que peregrinan a Jerusalén. Según
Jesús, “hace salir su sol sobre buenos y malos”. Dios no excluye ni discrimina
a nadie. Jesús invita a todos a confiar en él: “Cuando oréis decid: ¡Padre!”.
Con Jesús van descubriendo que Dios no
es solo de los que se acercan a él cargados de méritos. Antes que a ellos,
escucha a quienes le piden compasión porque se sienten pecadores sin remedio.
Según Jesús, Dios anda siempre buscando a los que viven perdidos. Por eso se
siente tan amigo de pecadores. Por eso les dice que él “ha venido a buscar y
salvar lo que estaba perdido”.
También se dan cuenta de que Dios no
es solo de los sabios y entendidos. Jesús le da gracias al Padre porque le
gusta revelar a los pequeños cosas que les quedan ocultas a los ilustrados.
Dios tiene menos problemas para entenderse con el pueblo sencillo que con los
doctos que creen saberlo todo.
Pero fue, sin duda, la vida de Jesús,
dedicado en nombre de Dios a aliviar el sufrimiento de los enfermos, liberar a
poseídos por espíritus malignos, rescatar a leprosos de la marginación, ofrecer
el perdón a pecadores y prostitutas..., lo que les convenció que Jesús experimentaba
a Dios como el mejor Amigo del ser humano, que solo busca nuestro bien y solo
se opone a lo que nos hace daño. Los seguidores de Jesús nunca pusieron en duda
que el Dios encarnado y revelado en Jesús es Amor y solo Amor hacia todos. JAP
No hay comentarios.:
Publicar un comentario