Una revisión de 11 ensayos clínicos en 3.409
personas, realizada por la Liverpool School of Tropical Medicine (Reino Unido),
no ha encontrado evidencia científica que apoye el uso de la ivermectina para
el tratamiento o la prevención de la infección por COVID-19.
La ivermectina, un fármaco utilizado para tratar parásitos como la sarna
en los seres humanos y los helmintos intestinales en el ganado, se examinó en
2020 para determinar su actividad contra la COVID-19. Las pruebas de
laboratorio sugirieron un efecto débil sobre el virus del SARS-CoV-2 en un tubo
de ensayo, pero la dosis necesaria para los seres humanos tendría que ser tan
grande que se descartó como opción.
Se publicaron pequeños ensayos que sugerían grandes efectos sobre la
mortalidad. Esto provocó una explosión de interés, y algunos grupos presionaron
para que se utilizara en todo el mundo. Poco después, se demostró que varios de
estos estudios eran falsos; otros tenían graves errores en los datos y estaban
mal realizados.
Tras estos malos estudios, estos investigadores británicos han revisado
ensayos controlados aleatorios que se registraron prospectivamente en un
registro de estudios según las directrices de la OMS para el registro de
ensayos clínicos.
Utilizaron una herramienta novedosa que también examinaba si los
estudios contaban con la aprobación ética adecuada y si los resultados eran
plausibles: si había alguna duda, los estudios se ponían en espera hasta que
los autores pudieran asegurar la integridad.
Los autores de la revisión incluyeron 11 ensayos con 3.409
participantes, que investigaron la ivermectina más la atención estándar en
comparación con la atención estándar más/menos placebo. Ningún estudio
investigó la ivermectina para la prevención de la infección o comparó la
ivermectina con una intervención de eficacia probada.
Hubo cinco estudios que trataron a los participantes con COVID-19
moderada en entornos hospitalarios y seis que trataron casos de COVID-19 leve
en entornos ambulatorios. Ocho estudios fueron a doble ciego y controlados con
placebo, tres fueron abiertos. Alrededor del 50% de los resultados de los estudios
se evaluaron como de bajo riesgo de sesgo. En general, la revisión no encontró
pruebas que apoyen el uso de la ivermectina para tratar o prevenir la infección
por COVID-19.
“En general, las perspectivas de uso de la ivermectina
para tratar o prevenir el SARS-CoV-2 son pobres. Mientras que los resultados de
laboratorio mostraron algunas promesas, los resultados en la vida real sugieren
un impacto nulo o muy escaso en las tasas de mortalidad, enfermedad y duración
de la infección”, explicaron las autoras de la revisión, María Popp y Stephanie
Weibel. BP
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