El trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF) es un término que
abarca una serie de efectos que pueden manifestarse en los niños cuyas madres
consumieron alcohol durante el embarazo. Estos efectos con implicaciones a
largo plazo pueden incluir problemas físicos, mentales, de conducta y/o
problemas de aprendizaje. La investigación revela que su temprana
identificación y participación en tratamiento mejora significativamente el
desarrollo y la vida en general de los niños.
Los trastornos del espectro alcohólico fetal sólo se presentan cuando
una mujer embarazada consume bebidas alcohólicas. El alcohol pasa a la placenta
y a la sangre del bebé, lo cual puede causar daños al cerebro y a otros órganos
y puede conllevar al síndrome alcohólico fetal. Los trastornos del espectro
alcohólico fetal se pueden prevenir en un 100% si la mujer no consume bebidas
alcohólicas durante el embarazo.
Tipología
* Síndrome
alcohólico fetal total: El síndrome alcohólico fetal es el más severo. Describe a las
personas más afectadas por los efectos del alcohol, con síntomas tan marcados
que el diagnóstico se basa en medidas especiales y problemas detectados en cada
una de las 3 siguientes áreas:
Tres áreas específicas de anormalidades faciales:
surco nasolabial liso (el área entre la nariz y el labio superior), un labio
superior delgado, fisuras palpebrales pequeñas (la apertura horizontal del
ojo).
Déficit de crecimiento (más bajo que el promedio de
altura, peso, o ambos).
Anormalidades del sistema nervioso central.
* Síndrome
alcohólico fetal parcial: Cuando
un niño no reúne las condiciones para un diagnóstico completo del síndrome
alcohólico fetal, pero tiene antecedentes de exposición al alcohol y algunas
anormalidades faciales, así como problemas de crecimiento o del sistema
nervioso central, a esta persona se le diagnostica con el espectro del síndrome
alcohólico fetal parcial.
*
Trastorno neurológico del desarrollo relacionado con el alcohol: Las personas con trastorno del desarrollo neurológico relacionado con el
alcohol no tienen anormalidades faciales ni problemas de crecimiento, pero
tienen problemas relacionados con la formación y funcionamiento del cerebro y
del sistema nervioso.
Estas personas pueden tener: Discapacidades intelectuales/Trastornos de
aprendizaje y conducta/Alteraciones de los nervios o del cerebro. En particular
estos niños son más propensos a tener problemas relacionados con el desarrollo
neurocognitivo, el funcionamiento adaptativo y la regulación de la conducta.
Trastorno neuroconductual relacionado con la exposición prenatal al alcohol.
Además de tener exposición prenatal al alcohol confirmada, estos individuos
tienen deterioro (disfunción) de las funciones neurocognitivas, de
autorregulación y adaptación.
Principales
signos de exposición prenatal al alcohol
Los primeros síntomas ocurren en la infancia y se evidencian por un
deterioro considerable o problemas de la función, social, académica,
ocupacional u otra área de función importante. También estos niños pueden nacer
con defectos en relación con la formación y funcionamiento de sus órganos,
incluyendo: corazón, riñón, huesos (posiblemente la espina dorsal o columna), audición
y visión entre los principales.
Es difícil diagnosticar los trastornos del espectro alcohólico fetal
porque no existe una simple prueba que pueda cubrir la gama de todos sus
síntomas. Ciertas manifestaciones físicas, problemas de desarrollo, problemas
del comportamiento pueden indicarles a los padres o al pediatra la posibilidad
de un diagnóstico del trastorno del espectro alcohólico fetal. Un antecedente
conocido de consumo de alcohol durante el embarazo ayuda al diagnóstico, pero
no es requerido para diagnosticar el trastorno del espectro alcohólico.
Los niños con el trastorno del espectro alcohólico fetal pueden tener
anomalías cerebrales que pueden conllevar a problemas en el desempeño de las
actividades del diario vivir a pesar de tener un coeficiente intelectual normal
que lo indique una evaluación exhaustiva.
Posibles
tratamientos
No existe un solo tratamiento que sea eficaz para todos los niños ya que
los trastornos del espectro alcohólico fetal varían de un niño a otro. Los
trastornos del espectro alcohólico fetal necesitan de un hogar médico para
proveer, coordinar y facilitar todos los servicios médicos, sociales,
educativos y conductuales que sean necesarios. Los planes de tratamiento deben
ser flexibles y adaptarse a las necesidades del niño y de su familia, además
deben incluir una supervisión estrecha lo mismo que seguimiento.
Los trastornos del espectro alcohólico fetal son de por vida. No hay
cura, pero es muy importante identificar a los niños que lo sufren para que
puedan alcanzar su máximo potencial. BP
No hay comentarios.:
Publicar un comentario