Texto
del Evangelio (Jn 14,27-31ª): En
aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Os dejo la paz, mi paz os doy;
no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde.
Habéis oído que os he dicho: ‘Me voy y volveré a vosotros’. Si me amarais, os
alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y
os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no
hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En
mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro
según el Padre me ha ordenado».
Comentario del Evangelio
Hoy, el Señor consuela a sus discípulos. ¡Jesús se va!
¿A dónde? Primero se marchó muriendo en la Cruz: su muerte fue un irse al
cielo. Tres días después resucitó y, todavía durante un breve tiempo, se fue
apareciendo a los discípulos. Finalmente, el día de la Ascensión subió con su
cuerpo resucitado al cielo.
—El Señor pide que no se asuste nuestro corazón. Él
nos da la verdadera paz: Jesús, porque es Dios, está en el cielo y está con
cada uno de nosotros. Incluso dentro de nosotros cuando le recibimos en la
Comunión.
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