1.
Sé el primer maestro de tus hijos (Proverbios 22,6)
Es responsabilidad de los padres ‘formar al niño
para que siga el buen camino’. No es responsabilidad del Estado, la escuela ni
el gobierno, sino de los padres.
2.
Los padres han de dar ejemplo de cómo se vive bien (2ª Corintios 3,2-3)
La Escritura enseña que la forma en la que vivimos
es como una ‘carta de Dios’, una carta que leen nuestros hijos, cada día.
3.
Aportad lo que necesita la familia (1ª Timoteo 5,8)
Incluso un padre de familia que está en paro o que
apenas puede aportar dinero al hogar puede aportar su corazón y deseo. Solo con
ser padre y estar al alcance se aporta más que con el alquiler o la comida. Los
padres tienen el deber de proveer las necesidades materiales, pero incluso
cuando económicamente es difícil, pueden y deben proveer mucho como padres.
4.
Los buenos padres imparten disciplina a sus hijos (Proverbios 13,24)
El padre que ama a sus hijos ‘cuida de
disciplinarlos’, dice la Escritura. Eso también se relaciona con el liderazgo
proactivo de los padres en el hogar.
5.
Los padres pasan tiempo con sus hijos, y no es tiempo vacío (Deuteronomio 6,
6-9)
“Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre
tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu
casa”... La Escritura pide a los padres implicarse en conversaciones profundas,
corazón a corazón, que aporten sabiduría, y no solo datos. Es bueno planificar
(con fecha, hora) ‘paseos para conversar’ con los niños, de uno en uno. Es
tiempo familiar que vale la pena.
6.
Tener compasión es una característica paterna
Un padre tiene compasión por sus hijos, como apunta
el Salmo 103,13: “así el Señor se apiada”.
7.
Dedica recursos a lo que dices valorar
En la carta del Apóstol Santiago (Santiago 1,22) leemos: “no os limitéis
a escuchar la Palabra, ponedla por obra, no os engañéis a vosotros mismos”.
8.
No exasperéis a vuestros hijos (Efesios 6,4)
No exasperéis a los hijos, dice la Escritura, sino
“más bien educadlos con la disciplina y enseñanza que viene del Señor”. Lo que
propone la Biblia es educarlos para que sean jóvenes de fe.
9.
Los padres nunca se rinden en lo que toca a sus hijos
La historia del hijo pródigo (Lucas 15, 20-24) es la de un padre que nunca pierde la esperanza y
está listo para recibir de nuevo a su hijo con los brazos abiertos. Educar,
disciplinar, pedir que rindan cuentas... pero nunca rendirse.
10.
Los padres rezan por sus hijos (1º de Crónicas, 29, 19)
“Señor, concédele a mi hijo Salomón un corazón
íntegro para que pueda cumplir tus mandamientos, preceptos y leyes, poniéndolos
todos en práctica”, rezaba el Rey David. En AllProDad añaden: “los
niños que saben sin duda alguna que sus padres rezan por ellos cada día tienen
una sensación profunda de amor y seguridad”. RenL
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