Según
el neurocientífico Jonathan Benito existen rutinas que nos aportan plasticidad
a nuestro cerebro y mayor bienestar. Te contamos cuáles son y por qué deberías
ponerlas en práctica desde hoy.
Cuando
mencionamos a las neurociencias, abarcamos preguntas acerca de qué y cómo se
estructura el pensamiento, por qué nos comportamos de una determinada manera
frente a determinados estímulos, o sobre cómo funcionan nuestras conexiones
neuronales (nuestras reacciones y
creencias frente a las situaciones que experimentamos a diario). Por
curiosidad o por necesidad de modificar algo en nuestra propia vida, la ciencia
que estudia el funcionamiento del sistema nervioso puede aportarnos respuestas.
Además
de estudiar el cerebro y su impacto en el comportamiento y las funciones
cognitivas, los neurocientíficos investigan qué sucede con el sistema nervioso
en los casos en los que existen trastornos neurológicos, del neurodesarrollo o
psiquiátricos. Así llegamos a Jonathan Benito, neurocientífico y autor del
libro Redefine Imposible, donde cuenta sobre los últimos avances en materia de
neurociencias.
El
experto español, que publicó diversas investigaciones en la revista
especializada Nature, destaca el papel único que tiene el cerebro humano, un
órgano de apenas 1 kilo y, sin embargo, el más ‘sofisticado y complejo de la
Tierra’.
Ahora
bien, ¿cómo aprovechamos el conocimiento que nos provee la neurociencia para
llevar mayor bienestar a nuestra vida? El experto habla de la necesidad de
mantener a nuestro cerebro con plasticidad, que consiste en la capacidad que
tiene el cerebro para recuperarse, reestructurarse y adaptarse a nuevas
situaciones.
De
esta manera, entendemos que la plasticidad cerebral nos permite reprogramar el
cerebro y moverlo de su zona de confort, forzándolo a adaptarse y crecer frente
las nuevas experiencias que se presentan. El resultado: la expansión de
nuestros límites y liberar capacidades que antes creíamos inalcanzables.
Te
compartimos 6 rutinas que sugiere el experto para alcanzar mayor grado de
bienestar y plasticidad cerebral a diario.
1 - Hacer pausas diarias para
bajar el estrés
Tomarse
pequeñas pausas, escuchar música o realizar ejercicio son realmente efectivos
para contrastar los niveles elevados de cortisol que provoca el estrés crónico.
Cuando no se logra ‘cortar’, el cuerpo queda en estado de alerta, agotado, con
un sistema inmune que tiene menor capacidad de respuesta, provocando más
enfermedades y envejecimiento prematuro.
2 - Practicar ejercicio y
pasar dos horas por semana en la naturaleza
Se
recomienda caminar al menos unas tres horas y media por semana (si se puede en la naturaleza, mucho mejor).
A su vez, si puedes dedicar dos horas semanales a pasear en entornos naturales,
como pueden ser bosques, playas o parques, le estás dando a tu cerebro
estímulos muy eficaces para la generación de nuevas neuronas.
3 - Dormir lo necesario
Respetar
el ciclo de sueño durmiendo de manera habitual un promedio 7 u 8 horas por
noche, sin interrupciones y en concordancia con el ritmo circadiano (que son los procesos naturales que
responden, principalmente, a la luz y la oscuridad) es uno de los factores
primordiales para mantenernos sanos y poder aumentar el número de neuronas en
nuestro cerebro.
4 - Meditar
Como
te contamos en varias oportunidades, practicar la meditación nos trae múltiples
beneficios comprobados. Practicarla durante diez minutos al día lleva a
experimentar beneficios para la capacidad cognitiva después de tan solo dos
semanas. Ayuda contra la depresión, ansiedad e incluso la hipertensión, y
fomenta el bienestar psicológico y la inteligencia emocional.
5 - Cuidar la microbiota,
nuestro segundo cerebro
Cuidar
la microbiota, que se trata de conjunto de microorganismos en el aparato
digestivo con un gran impacto en el bienestar emocional y en la fisiología y
arquitectura del cerebro. Por eso, cuidar la salud del intestino repercute
directamente en la salud de nuestro cerebro van de la mano. Para lograrlo es de
gran ayuda el uso de probióticos, tanto en alimentos como el yogur como en
suplementos, y no abusar de los antibióticos.
6 - Establecer pequeñas metas
Los
proyectos a largo plazo pueden agotar a tu cerebro. Según explican las
neurociencias, la mejor meta es la que resulta posible a corto plazo y
realista. Es mejor que decir “este año voy al gimnasio, esta semana voy a
intentar ir al menos un día ir al gimnasio”. O bien, en vez de decir a tu
cerebro “voy a escribir un libro”, asegurarte objetivos alcanzables a corto
plazo. Entonces, en este caso, sería mejor decir a tu cerebro “Voy a escribir
esta semana dos mañanas media hora”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario