La apendicitis aguda es la inflamación del apéndice,
una bolsa intestinal estrecha en forma de dedo de unos cinco o seis centímetros
de largo. Se encuentra en la unión del intestino grueso (ciego) y el intestino
delgado y es un motivo frecuente en las consultas de urgencias.
En concreto, desde la Sociedad Española de Medicina
Interna (SEMI), señalan que el dolor se localiza en la parte baja derecha del
abdomen, conocida como fosa ilíaca derecha, aunque a veces la molestia empieza
a nivel del ombligo. A pesar de que esta afección puede aparecer a cualquier
edad, es más frecuente entre los 10 y 30 años.
Acerca de las causas de este cuadro, que surge de
forma brusca, suele ser una obstrucción del mismo debido a restos de desechos
de las heces o un aumento de tamaño de ganglios linfáticos. El apéndice produce
constantemente mucosidad que se mezcla con las heces. Al ser el único órgano
del tracto intestinal que no tiene salida, cualquier obstrucción en el drenaje
de la mucosidad hace que esta se acumule y, por tanto, se produzca una
dilatación en el apéndice.
La inflamación puede aumentar, llegando en algunos
casos a una perforación del apéndice y a desencadenar una peritonitis
(inflamación del peritoneo o de la cavidad abdominal), que puede ser
potencialmente grave. El dolor abdominal se agrava con el movimiento, la
respiración profunda o al cambiar de posición. Más allá de esta señal de
alerta, el proceso suele acompañarse de náuseas, vómitos, pérdida de apetito,
mayor molestia al tocar la zona y, en ocasiones, de flatulencias. Otros
síntomas menos habituales son ardor al orinar, diarrea o fiebre.
Como informan en el Centro Médico-Quirúrgico de
Enfermedades Digestivas (CMED), la apendicitis puede confundirse con otras
patologías que se presentan de forma similar, como la torsión del ovario o la
trompa de Falopio en la mujer, la torsión del epiplón (grasa del abdomen), la
gastroenteritis aguda, la obstrucción o invaginación intestinal, un cólico
renal o una pielonefritis aguda (infección de orina que asciende hasta el
riñón). Otras enfermedades que comparten sintomatología son la enfermedad de
Crohn, enfermedad inflamatoria pélvica u ovulación dolorosa. También se puede
confundir con una colecistitis aguda (infección de la vesícula biliar) o una
neumonía de la base del pulmón derecho.
Tratamiento
y pronóstico de la apendicitis
Si hay sospecha clara de apendicitis aguda, el médico
de Urgencias remitirá al paciente al hospital, donde se completará el diagnóstico
con pruebas complementarias: analítica, ecografía abdominal y, a veces, una
radiografía.
Para abordar la apendicitis, se deberá proceder a una
cirugía para extirpar el apéndice. Si la intervención se realiza a tiempo, el
pronóstico es excelente y el paciente tendrá una rápida recuperación.
En el caso de que una tomografía computarizada muestre
la presencia de un absceso (acumulación de pus en cualquier parte del cuerpo
que, en la mayoría de los casos, causa hinchazón e inflamación a su alrededor),
se puede tratar en primera instancia con antibióticos. Esto puede estar causado
porque el paciente ha tardado en ir al especialista, por lo que se esperará a
que se produzca la desinfección y la reducción de la inflamación, y se
procederá a la extirpación del apéndice para evitar repeticiones del problema
en el futuro.
Como ya se ha mencionado, si no se realiza un
diagnóstico precoz, la enfermedad puede derivar en una peritonitis. La
evolución en estos casos es mucho más larga, con un tratamiento más complejo y
de pronóstico reservado.
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