miércoles, 27 de agosto de 2025

Destacan la necesidad de apoyo a las personas con demencia de inicio temprano que dejan de conducir…

Una investigación de la Universidad de Queensland (Australia) ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con servicios de apoyo especializados para ayudar a las personas con demencia de inicio temprano a hacer frente a dejar de conducir. La investigación fue publicada en BMC Geriatrics.
La Dra. Theresa Scott, de la Facultad de Psicología de la UQ, revisó las experiencias de 248 participantes en 10 estudios de países como Australia, Reino Unido, Estados Unidos, Suecia e Italia. “Los participantes del estudio habían sido diagnosticados con demencia antes de los 65 años, y aproximadamente el 60% eran hombres”, dijo la Dra. Scott.
“Se informaron algunas experiencias comunes cuando los participantes tuvieron que dejar de conducir, incluida una pérdida de independencia, cambios en la dinámica familiar, amenazas a la identidad propia, sentimientos de aislamiento, movilidad reducida, dificultad para aceptar su diagnóstico y dolor”, expresó.
“Las personas mayores con demencia se enfrentan a problemas similares cuando tienen que dejar de conducir, pero las circunstancias de las personas con demencia de inicio temprano son únicas, por lo que se necesita un apoyo más personalizado”, agregó.
La Dra. Scott dijo que la falta de perspicacia y la impulsividad son comunes en las formas de demencia que surgen en la mediana edad y plantean riesgos importantes para la seguridad al conducir. “Esta falta de información puede dificultar que las personas entiendan por qué necesitan dejar de conducir, lo que genera conflictos y desafíos adicionales para los familiares o los cuidadores”, dijo.
“Las personas más jóvenes con demencia también se enfrentan a la tensión añadida de las responsabilidades profesionales, familiares y financieras que pueden tener un mayor impacto en la familia que en las personas mayores con demencia”, agregó.
Casi 29.000 australianos viven actualmente con demencia de inicio temprano, y se prevé que la cifra aumente a más de 41.000 para 2054.
La Dra. Scott dijo que el desarrollo de nuevos programas para la transición de la conducción mejorará la calidad de vida de esta población en crecimiento. “No hay un apoyo adecuado después del diagnóstico y la conducción para las personas con demencia de inicio temprano y sus familias”, afirmó.
“Actualmente solo hay programas generales disponibles, como herramientas para la toma de decisiones para dejar de conducir, e intervenciones para la jubilación de las personas mayores. Pero este grupo más joven requiere programas psicosociales apropiados para su edad que incluyan apoyo educativo, emocional y práctico adaptado a sus desafíos únicos. Esperamos obtener fondos para adaptar e implementar la intervención para dejar de conducir de UQ diseñada para personas mayores con demencia, para adaptarse a aquellos con demencia de inicio temprano”, sostuvo la Dra. Scott.
“También tenemos como objetivo desarrollar una prueba de seguridad al conducir basada en video y recursos para que los proveedores de atención primaria evalúen la aptitud para conducir de las personas diagnosticadas con demencia de inicio temprano”, concluyó. BP

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