Pasar
muchas horas frente a la pantalla puede ocasionar lo que se conoce como
síndrome visual gamer. No es un problema grave, pero sí muy molesto. Un
oftalmólogo ofrece consejos para prevenir o mitigar sus efectos.
El
Día Mundial del Videojuego, también conocido como Día del Gamer, se celebra el
29 de agosto y constituye un buen momento para reconocer sus virtudes, pero
también algunos de sus inconvenientes. O, mejor dicho, ahondar en sus
repercusiones sobre la salud, tanto las positivas como las negativas y, en el
caso de estas últimas, explicar cómo ponerles freno.
Al
afán por crear un día mundial para todo lo que nos rodea se suma la afición por
generar nuevas enfermedades, que muchas veces no son, sino una forma diferente
de nombrar patologías ya conocidas y definidas. Es el caso del síndrome visual
gamer (SVG), que también se conoce como fatiga visual digital.
Según
explica Carlos Lisa, oftalmólogo del Instituto oftalmológico Fernández Vega
(IOFV), este trastorno es un conjunto de molestias que afectan “a aquellos que
pasan largas horas frente a las pantallas de ordenadores, televisiones,
tabletas o teléfonos móviles, sin tomar los descansos pertinentes, y
exponiéndose a pantallas con reflejos, mala iluminación y a una distancia
incorrecta”.
Síntomas del síndrome visual
gamer
Los
principales síntomas que puede causar este síndrome son:
-Sequedad
ocular.
-Irritación.
-Lagrimeo.
-Dificultades
para enfocar.
-Visión
borrosa.
-Dolor
de cabeza, cuello y hombros.
-Sensibilidad
a la luz.
La
intensidad de estos síntomas depende de factores como el tiempo de exposición a
las pantallas, el brillo que emiten (no debe ser excesivo, pero tampoco tan
atenuado que impida una correcta visión), la mala iluminación, una mala postura
mientras se utiliza el ordenador, problemas de vista no corregidos, etc.
¿El uso de pantallas daña los
ojos?
Es
conveniente resaltar que el síndrome gamer no supone un daño permanente ni en
los ojos ni en la visión. El experto del IOFV corrobora que “el uso de pantallas
no es dañino para los ojos”. Circulan muchos mitos -y no pocos bulos- en torno
a las consecuencias permanentes de los dispositivos digitales y, en concreto,
de la luz azul que emiten. Sin embargo, la evidencia científica actual no
demuestra que la luz azul dañe el ojo ni que produzca ningún tipo de alteración
en las células de la retina. Por eso, el uso de filtros de luz azul no tiene
demasiado sentido.
Como
mucho, se puede afirmar, según Lisa, que “hacer un uso abusivo de dispositivos
digitales a edades cada vez más tempranas podría llegar a causar miopía”. En
este sentido, cita una revisión sistemática publicada en The Lancet que muestra
que “mantener la vista fija en una pantalla aumenta un 30% el riesgo de sufrir
miopía en personas de entre 3 meses y 33 años”.
Consejos para prevenir el
síndrome visual gamer
El
Instituto Oftalmológico Fernández-Vega plantea las siguientes recomendaciones
para prevenir o, al menos, reducir a la mínima expresión los síntomas del
síndrome visual gamer:
Regla 20-20-20
Realizar
cada 20 minutos un descanso de 20 segundos y mirar algo a 20 pies de distancia
(alrededor de 6 metros). Esta práctica puede reducir significativamente la
fatiga ocular.
Parpadear con frecuencia
El
parpadeo ayuda a mantener los ojos hidratados y reduce la sequedad. Al jugar y
concentrarse en una pantalla, inconscientemente las personas tienden a
parpadear menos, lo que contribuye a la irritación ocular.
Ajustar la iluminación
La
iluminación juega un papel muy importante, teniendo que ajustarse para reducir
los reflejos en la pantalla. También es importante recordar que no se debe
jugar a oscuras, ya que los cambios muy repentinos de luz pueden ser
perjudiciales para la vista.
Mantener una distancia
adecuada de la pantalla
La
distancia ideal entre los ojos y la pantalla debe ser de al menos un brazo de
largo (entre 50 y 70 cm). Además, la parte superior de la pantalla debe estar
al nivel de los ojos o ligeramente por debajo para evitar tensión en el cuello
y los hombros y para que miremos hacia abajo y la córnea no quede
expuesta.
Realizar ejercicios oculares
Practicar
ejercicios como mover los ojos en círculos, mirar de un lado a otro y enfocar
objetos a diferentes distancias puede ayudar a mantener los músculos oculares
flexibles y reducir la fatiga.
Pasar más tiempo al aire libre
Según
diversos estudios, la prevalencia de la miopía en menores que pasan mucho
tiempo al aire libre mirando objetos lejanos es bastante inferior que en aquellos
que no lo hacen.
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