Ofrecemos estos
breves puntos con la intención de que puedan servir para la meditación
individual o comunitaria. Son tomados de las lecturas y de las oraciones de la
misa del domingo 31 de agosto de 2025.
Se dividen en tres
partes: lo que Dios nos dice (con un comentario que nos puede ayudar a
comprender el Evangelio); lo que nosotros podemos decirle a Él como respuesta;
y de qué modo podemos llevarlo a la vida cotidiana. Dios quiera que ayuden a
muchos a dedicarle, cada domingo, un tiempo especial a Dios, nuestro Señor.
Dios nos habla
•
“Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los
principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Y al notar cómo los
invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola: «Si te invitan
a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder
que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el
que los invitó a los dos, tenga que decirte: “Déjale el sitio”, y así, lleno de
vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar. Al contrario, cuando te
inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que
te invitó, te diga: “Amigo, acércate más”, y así quedarás bien delante de todos
los invitados. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla
será elevado». Después dijo al que lo había invitado: «Cuando des un almuerzo o
una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a
los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu
recompensa. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los
lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen
cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los
justos!»” (Lc 14, 1. 7-14).
•
“Hijo mío, realiza tus obras con modestia y serás amado por
los que agradan a Dios. Cuanto más grande seas, más humilde debes ser, y así
obtendrás el favor del Señor, porque el poder del Señor es grande y Él es
glorificado por los humildes. No hay remedio para el mal del orgulloso, porque
una planta maligna ha echado raíces en él. El corazón inteligente medita los
proverbios y el sabio desea tener un oído atento” (Eclo 3, 17-18. 20. 28-29).
Reflexión
“Todas estas virtudes
se encuentran, y plenamente, en Cristo, en el que el bien no se halla
parcialmente, sino en toda su plenitud. En su nacimiento resplandece la
humildad, al despojarse de su rango y tomar la condición de esclavo, pasando
por uno de tantos; en la sumisión a sus padres, la obediencia, cuando,
dando de mano a sus intereses, bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su
autoridad. Y en su doctrina fue respetuoso de la justicia, diciendo: Pues
pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
En la pasión dio
pruebas de paciencia, pues ofreció su espalda a los que lo flagelaban, las
mejillas a los salivazos, la cabeza a las espinas, la mano a la caña. Y, sin
embargo, en todas estas situaciones —como dice el profeta— no gritará, no
clamará, no voceará por las calles, pues como un cordero llevado al
matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Experimentaron
ciertamente su misericordia los ciegos a quienes devolvió la vista, los
leprosos que quedaron limpios, los muertos a quienes resucitó y, sobre todo, la
adúltera a quien absolvió, la mujer pecadora a la que acogió, el paralítico
cuyos pecados perdonó” (Beato Elredo de
Rievaulx, Sermón en la anunciación del
Señor).
Nosotros le hablamos
•
“Ten piedad de mí, Señor, porque te invoco todo el día. Tú,
Señor, eres bueno e indulgente, rico en misericordia con aquellos que te
invocan” (Antífona de entrada).
•
Dios todopoderoso, de quien procede todo bien perfecto,
infunde en nuestros corazones el amor de tu nombre, para que, haciendo más
religiosa nuestra vida, acrecientes en nosotros lo que es bueno y lo conserves
constantemente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos” (Oración Colecta).
Nuestra vida cambia
•
¿Cómo puedo practicar en mi vida cotidiana la virtud de la
humildad?
•
¿Y cómo la caridad desinteresada?
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