Salmo 44 – Tu Dios te ha consagrado
Este bellísimo canto nupcial fue compuesto en ocasión del matrimonio de un rey israelita con una princesa extranjera.
En la primera parte del Salmo (vs. 2-10), el poeta se dirige al rey para exaltar sus virtudes y exhortarlo a luchar por la justicia, en defensa de su pueblo.
La segunda parte (vs. 11-17) está dedicada a la esposa: luego de invitarla delicadamente a que sepa ganarse el corazón del rey, el salmista describe su belleza y el esplendor de su cortejo.
En la primera parte del Salmo (vs. 2-10), el poeta se dirige al rey para exaltar sus virtudes y exhortarlo a luchar por la justicia, en defensa de su pueblo.
La segunda parte (vs. 11-17) está dedicada a la esposa: luego de invitarla delicadamente a que sepa ganarse el corazón del rey, el salmista describe su belleza y el esplendor de su cortejo.
1. CON ISRAEL
Es un salmo real, que celebra la entronización de un nuevo rey y su matrimonio, con los colores vivos de las cortes orientales. El rey es investido de su misión, pero no solamente de una misión humana. Su combate no es cualquier combate. Es el "combate de Dios": por la justicia, la clemencia, la verdad. El rey es defensor de los pobres y destructor del mal.
La reina, por su parte, es presentada en medio de un decorado propio de las "Mil y una noches". Sobre la primera línea del salmo aparecían estas palabras: "Canto de amor". Este canto se asemeja mucho a otro canto de amor que es el Cantar de los Cantares.
Es un salmo real, que celebra la entronización de un nuevo rey y su matrimonio, con los colores vivos de las cortes orientales. El rey es investido de su misión, pero no solamente de una misión humana. Su combate no es cualquier combate. Es el "combate de Dios": por la justicia, la clemencia, la verdad. El rey es defensor de los pobres y destructor del mal.
La reina, por su parte, es presentada en medio de un decorado propio de las "Mil y una noches". Sobre la primera línea del salmo aparecían estas palabras: "Canto de amor". Este canto se asemeja mucho a otro canto de amor que es el Cantar de los Cantares.
2. CON JESÚS
"Al REY recito mis versos... Tu trono es divino, un trono eterno...". Jesús, rehusó hacerse rey según las normas terrenas (Juan 6,15). "Los reyes de la tierra dominan, que esto no suceda entre vosotros" (Mateo 20,25)... Por otra parte reivindicó la realeza en forma original, a la hora de ser escarnecido y condenado a muerte como un blasfemo y crucificado como un "esclavo" (Juan 18,37). Esta realeza de Jesús, como la del salmo, es "dar testimonio de la verdad" (Juan 18,37). Y combatir el mal.
"Al REY recito mis versos... Tu trono es divino, un trono eterno...". Jesús, rehusó hacerse rey según las normas terrenas (Juan 6,15). "Los reyes de la tierra dominan, que esto no suceda entre vosotros" (Mateo 20,25)... Por otra parte reivindicó la realeza en forma original, a la hora de ser escarnecido y condenado a muerte como un blasfemo y crucificado como un "esclavo" (Juan 18,37). Esta realeza de Jesús, como la del salmo, es "dar testimonio de la verdad" (Juan 18,37). Y combatir el mal.
3. CON NUESTRO TIEMPO
La Iglesia nos propone este salmo 44 en la Fiesta de la Asunción de María. Ella inauguró el banquete Mesiánico en las Bodas de Caná. Ella estuvo presente "en la hora de Jesús", en las Bodas sangrientas de la cruz. ¿Cómo no iba a estar asociada a la gloria del "rey"? La Iglesia es la esposa muy amada de Dios en Cristo.
La Iglesia nos propone este salmo 44 en la Fiesta de la Asunción de María. Ella inauguró el banquete Mesiánico en las Bodas de Caná. Ella estuvo presente "en la hora de Jesús", en las Bodas sangrientas de la cruz. ¿Cómo no iba a estar asociada a la gloria del "rey"? La Iglesia es la esposa muy amada de Dios en Cristo.
Me brota del corazón un poema bello, recito mis versos a un rey; mi lengua es ágil pluma de escribano. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la gracia, el Señor te bendice eternamente. Cíñete al flanco la espada, valiente: es tu gala y tu orgullo; cabalga victorioso por la verdad y la justicia, tu diestra te enseñe a realizar proezas. Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden, se acobardan los enemigos del rey. Tu trono, oh Dios, permanece para siempre, cetro de rectitud es tu cetro real; has amado la justicia y odiado la impiedad: por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido con aceite de júbilo entre todos tus compañeros. A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos, desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas. Hijas de reyes salen a tu encuentro, de pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir. Escucha, hija, mira: inclina el oído, olvida tu pueblo y la casa paterna; prendado está el rey de tu belleza: póstrate ante él, que él es tu señor. La ciudad de Tiro viene con regalos, los pueblos más ricos buscan tu favor. Ya entra la princesa, bellísima, vestida de perlas y brocado; la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes, la siguen sus compañeras: las traen entre alegría y algazara, van entrando en el palacio real. "A cambio de tus padres tendrás hijos, que nombrarás príncipes por toda la tierra". Quiero hacer memorable tu nombre por generaciones y generaciones, y los pueblos te alabarán por los siglos de los siglos.
CANTO DE AMOR
Romance de un rey y una reina, esponsales de un príncipe y una princesa, alianza entre Dios y su Pueblo, unión de Cristo con su Iglesia. Este es un poema de amor entre tú y yo, Señor; es nuestro cántico privado, nuestra fiesta de amor espiritual, nuestra intimidad mística. No es extraño que me sienta inspirado y las palabras fluyan de mi pluma. «Me brota del corazón un poema bello, recito mis versos a un rey: mi lengua es ágil pluma de escribano».
El corazón de la religión es el amor. Estudio, investigación, saber y discusiones ayudan, sin duda, pero me dejan frío. Deseo conocerte, Señor, pero a veces el conocimiento se queda en puro conocimiento, y al estudiarte a ti me olvido de ti.
Te amo desde mi niñez. Descubrí tu amistad en mi juventud, me enamoré de tus evangelios y aprendí a soñar cada día con el momento de encontrarte en la Eucaristía. Si alguna vez ha habido un idilio en la vida de un joven, ¡éste lo fue! Para mí la fe es enamorarse de ti, la vocación religiosa es sostener tu mirada, y el cielo eres tú.
Orar es estar contigo, y contemplar es verte. Verte es amarte, Señor, y amarte es gozo perpetuo en esta vida y en la otra.
«Quiero hacer memorable tu nombre por generaciones y generaciones, y los pueblos te alabarán por los siglos de los siglos».
Romance de un rey y una reina, esponsales de un príncipe y una princesa, alianza entre Dios y su Pueblo, unión de Cristo con su Iglesia. Este es un poema de amor entre tú y yo, Señor; es nuestro cántico privado, nuestra fiesta de amor espiritual, nuestra intimidad mística. No es extraño que me sienta inspirado y las palabras fluyan de mi pluma. «Me brota del corazón un poema bello, recito mis versos a un rey: mi lengua es ágil pluma de escribano».
El corazón de la religión es el amor. Estudio, investigación, saber y discusiones ayudan, sin duda, pero me dejan frío. Deseo conocerte, Señor, pero a veces el conocimiento se queda en puro conocimiento, y al estudiarte a ti me olvido de ti.
Te amo desde mi niñez. Descubrí tu amistad en mi juventud, me enamoré de tus evangelios y aprendí a soñar cada día con el momento de encontrarte en la Eucaristía. Si alguna vez ha habido un idilio en la vida de un joven, ¡éste lo fue! Para mí la fe es enamorarse de ti, la vocación religiosa es sostener tu mirada, y el cielo eres tú.
Orar es estar contigo, y contemplar es verte. Verte es amarte, Señor, y amarte es gozo perpetuo en esta vida y en la otra.
«Quiero hacer memorable tu nombre por generaciones y generaciones, y los pueblos te alabarán por los siglos de los siglos».
Dios nuestro, nos has concedido el gozo de vivir en tu iglesia: haz que abandonemos las promesas de este mundo seductor, para que amemos la justicia, odiemos la impiedad, y así hagamos memorable tu nombre por generaciones y generaciones.
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