jueves, 18 de abril de 2013

El Orgullo del Rendimiento


El Orgullo del Rendimiento (19-04-13)

El orgullo del rendimiento no representa un culto al ego. Denota más bien placer con humildad.
“La calidad del trabajo y la calidad del obrero son inseparables”. Un esfuerzo a medias no produce resultados a medias; simplemente no produce resultados.
Tres hombres estaban colocando ladrillos. Un transeúnte les preguntó qué estaban haciendo.
El primero contestó: “¿No puede ver que me gano la vida?” El Segundo dijo: “¿No puede ver que coloco ladrillos?” El tercero indicó: “Estoy edificando un hermoso monumento”.
Aquí había tres personas haciendo exactamente lo mismo pero con una perspectiva distinta de lo que estaban haciendo. Exhibían tres actitudes diferentes sobre su trabajo.
¿Y creen que sus actitudes afectarían su rendimiento?  La respuesta es claramente que sí.
La excelencia viene cuando el obrero le pone empeño en hacer lo mejor.
Cada trabajo es un retrato de la persona que lo realice, sin importar en qué consista el trabajo, ya sea lavar autos, barrer el piso o pintar una casa.
Hagámoslo bien la primera vez, cada vez.  La mejor póliza de seguros para mañana es un trabajo bien hecho hoy.
Miguel Ángel había estado trabajando en una estatua por muchos días. Estaba tomando mucho tiempo para retocar cada pequeño detalle. Un transeúnte pensó que estas mejoras eran insignificantes y le preguntó a Miguel Ángel porqué se molestaba en dedicarles tiempo. Miguel Ángel contestó: “Las nimiedades hacen la perfección y la perfección no es una nimiedad”.
La mayoría de la gente se olvida cuán rápido hicimos un trabajo, pero recuerdan cuán bien fue llevado a cabo.
Sir Shiv Kheram; enviado por Kartik Bodawala, India
¿Cuán orgullosos estamos de hacer un trabajo no sólo bien hecho, sino con propósito? Tal vez muchos pudiésemos estar de acuerdo con la primera parte del planteamiento, pero tristemente no todos concuerdan con la segunda.
Y es que muchas veces pareciéramos actuar en automático, sin encontrarle sentido a lo que hacemos. Pareciera que simplemente mantenemos una máquina andando. Pero no es así.  Lo que hacemos cuenta y si lo hacemos con excelencia, cuenta aún más para Dios. Raúl Irigoyen

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