Desiderato o Deseado de Bourges, Santo
Obispo de Bourges, 08 de Mayo
Martirologio Romano: En Bourges, en Aquitania, en Francia, san Desiderato, obispo, que habiendo desempeñado con anterioridad el cargo de canciller en la corte, como obispo dotó a su Iglesia con reliquias de mártires (550).
Etimológicamente: Desiderato = deseable, es de origen latino.
Martirologio Romano: En Bourges, en Aquitania, en Francia, san Desiderato, obispo, que habiendo desempeñado con anterioridad el cargo de canciller en la corte, como obispo dotó a su Iglesia con reliquias de mártires (550).
Etimológicamente: Desiderato = deseable, es de origen latino.
Nació en Soissons a finales del siglo V.
El santo de hoy, por ejemplo, fue el gran obispo de la época merovingia. Con su trabajo, su ejemplo y su predicación, contribuyó enormemente a que Francia saliera del pozo caótico en el que había caído cuando el imperio romano se vino abajo y la civilización cristiana daba sus pasos de gigante en el siglo VI.
Fue Ministro de Asuntos Exteriores de Clotario y Childelberto. Era un cargo nada fácil por las intrigas del poder que reinaban a sus anchas en la corte.
Con su diplomacia intentó complacer a todo el mundo, excepto a los que se proclamaban herejes.
Soñaba con abandonar la corte, una jaula verdadera de sospechas, intrigas y crueldades.
Deseaba retirarse pero no se lo permitían porque no podían pasar sin él.
Sin embargo, su anhelo se centraba en la construcción de monasterios e iglesias.
Y cuando pudo, dejó la política para entregarse de lleno a los asuntos religiosos.
Lo nombraron obispo de Bourges en el año 543, es decir siete años antes de su muerte. Su apostolado fue muy fructuoso. Acabó con las herejías que habían importado los Bárbaros; creció mucho el número de sacerdotes buenos y lo mismo el número de cristianos.
Pero en los momentos difíciles recurrían a él para solucionar los problemas. Por ejemplo, gracias a sus cualidades innatas de diplomático, logró que hicieran las paces Anjou y Poitou.
Ingresó al Reino de Dios el 8 de mayo de 550.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
El santo de hoy, por ejemplo, fue el gran obispo de la época merovingia. Con su trabajo, su ejemplo y su predicación, contribuyó enormemente a que Francia saliera del pozo caótico en el que había caído cuando el imperio romano se vino abajo y la civilización cristiana daba sus pasos de gigante en el siglo VI.
Fue Ministro de Asuntos Exteriores de Clotario y Childelberto. Era un cargo nada fácil por las intrigas del poder que reinaban a sus anchas en la corte.
Con su diplomacia intentó complacer a todo el mundo, excepto a los que se proclamaban herejes.
Soñaba con abandonar la corte, una jaula verdadera de sospechas, intrigas y crueldades.
Deseaba retirarse pero no se lo permitían porque no podían pasar sin él.
Sin embargo, su anhelo se centraba en la construcción de monasterios e iglesias.
Y cuando pudo, dejó la política para entregarse de lleno a los asuntos religiosos.
Lo nombraron obispo de Bourges en el año 543, es decir siete años antes de su muerte. Su apostolado fue muy fructuoso. Acabó con las herejías que habían importado los Bárbaros; creció mucho el número de sacerdotes buenos y lo mismo el número de cristianos.
Pero en los momentos difíciles recurrían a él para solucionar los problemas. Por ejemplo, gracias a sus cualidades innatas de diplomático, logró que hicieran las paces Anjou y Poitou.
Ingresó al Reino de Dios el 8 de mayo de 550.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
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