jueves, 4 de enero de 2018

Por qué aumentan los contagios de conjuntivitis en verano

Todos los años cuando la temperatura empieza a subir y las radiaciones solares se intensifican, los expertos no se cansan de alertar sobre la necesidad de usar cremas solares para prevenir los efectos nocivos del sol sobre la piel. 
Sin embargo, no se suelen oír advertencias sobre el perjuicio a los que los ojos se encuentran expuestos en esta época del año. 
Los niños suelen pasar más tiempo al aire libre en las vacaciones y, por tanto, están más expuestos a sufrir afecciones en sus ojos. 
Por eso, es clave evitar la exposición al sol en las horas de máxima intensidad -de 10 a 16-, así como ponerles gorros o sombreros y lentes de sol con filtro UV a partir de los 5 o 6 años 
Hasta allí los cuidados del sol. Pero ¿por qué proliferan los casos de conjuntivitis en esta época del año? 
La conjuntivitis es la reacción inflamatoria de la conjuntiva, una membrana que recubre el interior de los párpados y que se extiende a la parte anterior del globo ocular. Generalmente, es producida por una infección (bacteria, virus u hongo) o por el contacto con alérgenos (polen, fármacos). 
Así comenzó a explicar el oftalmólogo Dr. Aldo Cesar Da Prá, quien profundizó: “En verano hay más exposición al sol, más contacto con el agua de mar y piscinas, lugares en donde su contagio aumenta considerablemente. Es por ello que su prevención es vital para evitar contraer esta enfermedad”. 
La conjuntivitis afecta a personas de cualquier edad, con más incidencia en niños y pacientes con antecedentes de blefaritis, ojo seco y/o uso excesivo de lentes de contacto. 
El jefe de Oftalmología de la Clínica San Camilo describió los síntomas para reconocer el cuadro desde sus comienzos y realizar la consulta médica lo antes posible: enrojecimiento ocular, secreción acuosa o mucopurulenta que produce lagrimeo, dolor, fotofobia (sensibilidad a la luz), visión borrosa, sensación de pesadez en los ojos, edema palpebral y disminución de la agudeza visual cuando compromete la córnea. 
La conjuntivitis dura entre 8 y 12 días, y es autolimitada, pero en algunos casos puede prolongarse hasta por tres semanas y progresar causando serias complicaciones oculares, aseguró el especialista, quien explicó que para el tratamiento se suelen indicar antibióticos tópicos, frío local, lágrimas, y antiinflamatorios, según la situación de cada paciente. 
Por su parte la oftalmóloga Dra. Betty Arteaga, del servicio de Oftalmología del Hospital Italiano resaltó que “en verano los casos por infecciones virales de conjuntivitis aumentan hasta un 20% y cada dos o tres años se producen brotes que deberíamos prevenir desde la concientización y la higiene”. 
“Las altas temperaturas invitan a refrescarse pero el agua clorada de las piletas y el ambiente colmado de gente en la playa aumentan los riegos de contraer esta infección tan molesta -resaltó-. Por eso, cuidar la higiene del área ocular es una manera de prevenir”. 
En ese sentido, recomendó “evitar compartir las toallas y refregarse los ojos con las manos sucias, lavarse la cara con agua y jabón al salir de la pileta, usar lágrimas artificiales para mantener los ojos lubricados”. 
A lo que el Dr. Da Prá agregó: “El contagio de la infección se produce con facilidad por las secreciones de los ojos, la nariz y la boca de los afectados. Si las personas de su entorno tocan las mismas tazas, vasos, toallas o sábanas pueden contagiarse, o si los afectados nadan en una pileta, también aumentan las chances de contagiar a otros. Por ello es fundamental la educación del paciente con conjuntivitis, poniendo énfasis en la higiene de las manos: el lavado regular, el uso de alcohol en gel, antes y después de colocarse la medicación, así como el uso de toallas descartables”. 
“Para evitar la irritación de los ojos al nadar o al practicar deportes en la pileta o en la playa es necesario el uso de lentes de agua o antiparras protectoras, algunas pueden incluso tener el aumento que la persona necesita”, destacó la Dra. Arteaga, al tiempo que recomendó que “quienes usan lentes de contacto deberán sacarlos antes de entrar a la pileta porque los microorganismos podrían adherirse, crecer allí y producir una infección en la córnea”. 
“Tampoco es conveniente usarlas en el mar, ya que el viento, la arena y el sol son una mala combinación para los usuarios de este tipo de lentes; es preferible usar anteojos de sol con graduación para estar más tranquilos”, agregó. 
Para finalizar, ambos especialistas recomendaron acudir una vez al año, como mínimo, a una revisión oftalmológica para evaluar el estado de salud de los ojos y ante la presencia de “ojo rojo” consultar de inmediato con el fin de descartar conjuntivitis u otras patologías.

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