Durante este largo período, los cristianos de Arbela, viéndose sin
pastor, se reunieron secretamente y eligieron a Abraham como cabeza de su
iglesia. Fue sin embargo buscado por los magos persas, por lo que
permaneció escondido durante cierto tiempo, hasta que fue arrestado por orden
del mobed Adhurpareh. Se le ofreció salvar su vida si obedecía las órdenes del
mobed, pero Abraham rechazó el ofrecimiento, y fue decapitado el quinto día de
la luna de febrero (31 de enero) del 345, en el pueblo de Tell-Niãhã.
Estos detalles nos vienen de la Crónica de Arbela, publicada por
Mingana, en la ‘Passio’ siríaca, en las pasiones griegas publicadas por
Delehaye y en los elogios del Sinaxario constantinopolitano de los días 4 y 5
de febrero. En todos estos testimonios y en otros que también pueden citarse,
el nombre de Abraham de Arbela va siempre unido al del obispo Juan.
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