La
otitis media crónica con efusión se trata de una patología de consulta
frecuente que se caracteriza por la presencia de líquido tras una membrana
timpánica intacta, sin signos o síntomas de infección aguda que en algunas
oportunidades puede tener una evolución crónica.
Se
le atribuye diferentes nombres, como por ejemplo, otitis media no supurada,
otitis media secretora, otitis media con derrame u otitis media serosa, pero el
término más adecuado es el de ‘otitis media con efusión’, el que se inicia con
un proceso inflamatorio, con contenido líquido dentro del oído medio.
Tiene
una incidencia muy alta en la edad pediátrica, y está relacionada con:
-
La ausencia de lactancia materna
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La presencia de humo del tabaco en el hogar
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Su mayor incidencia ocurre en otoño – invierno
-
Se debe evitar que el niño tome la mamadera acostado
-
También tiene incidencia el uso prolongado del chupete
La
obstrucción de la trompa de Eustaquio es más frecuente, en los niños que en los
adultos, y se da porque anatómicamente la trompa, está más horizontalizada, y
es más corta por lo que el drenaje de mucosidad desde el oído medio hasta la
faringe es más dificultoso.
Cuando
se obstruye la trompa de Eustaquio, entre la obstrucción y el tímpano se
produce una reabsorción del aire acumulado, produciéndose un vacío que produce
la retracción del tímpano por presión negativa, después de lo cual puede
generarse una colección líquida susceptible de infecciones. Dificultándose la
funcionalidad de la trompa y consecuentemente la audición.
La
desobstrucción puede conseguirse mediante maniobras de Valsalba (inflar la boca
con aire y tapar las fosas nasales), bostezar, y/o mascar chicles. Su causa sigue
siendo controversial, se trata de un proceso multifactorial, en el que hay una
causa predisponente: la disfunción tubárica (trompa de Eustaquio) y otros
factores coadyuvantes, principalmente las diferencias anatómicas y funcionales
hacen que el niño sea más proclive a desarrollar efusión en el oído medio
(derrame).
La
trompa de Eustaquio es una estructura anatómica que tiene forma de tubo que
habitualmente está cerrada y va desde la caja del tímpano hasta la rinofaringe,
y su función es controlar la presión del oído medio, proteger las estructuras
ante cambios bruscos de presiones, tratar de mantener el equilibrio de las
mismas a ambos lados del tímpano. Además es la encargada de ventilar de manera
adecuada el oído, y ante la falta de equilibrio, el tímpano no cumple con su
función y no puede transmitir las ondas sonoras a través de los huesecillos
hacia el nervio acústico.
Las
trompas pueden bloquearse por múltiples causas
- Resfríos (rinovirus)
-
Alergia, la secreción permanente de moco (en los niños es frecuente porque no
se suenan la nariz y se acumula moco)
-
Hipertrofia adenoidea. Juega un rol importante la presencia de las carnes
crecidas
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Hipertrofia amigdalina
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Alteraciones craneofaciales
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Paladar ojival
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Malaoclusión dentaria
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Presencia de reflujo gastroesofágico
El
diagnóstico en muchas ocasiones se basa en la existencia frente al relato,
dando un alto índice de sospecha, y el síntoma más frecuente es la hipoacusia.
Los maestros o los padres son los que observan los síntomas tales como la
disminución de la audición, el retraso del lenguaje, la dificultad del
aprendizaje, la falta de atención, los cambios en la personalidad y el dolor de
oídos (otodinia).
La
otomicroscopía en manos del especialista es el mejor método diagnóstico, pues
su visión es binocular, tiene muy buena luz, da más amplitud, y magnificación,
y además, se puede utilizar diferentes métodos de evaluación audiológica,
siempre dependiendo de la edad del enfermo. La impedanciometría un estudio complementario
de muy fácil interpretación.
La
única colaboración que se requiere es que el paciente se quede quieto, mientras
el aparato hace su trabajo, no produce molestias y se puede completar con el
pedido de timpanometría, cuyo resultado dará un gráfico que muestra la
movilidad del tímpano y los huesecillos conductores. Recordemos que medir la
audición de un niño no es un método sencillo, y en caso de realizarse se
requiere que quien la realice cuente con mucha experiencia y entrenamiento.
Tratamiento
El 90% de las otitis medias con efusión se resuelven
espontáneamente, deben ser observadas manteniendo la expectación. En caso de
indicar tratamiento, el objetivo es evacuar el fluido del oído medio y se
administran antibióticos y corticoides orales, como coadyuvantes se indican en
caso necesario antihistamínicos, soluciones salinas hipertónicas, corticoides
tópicos.
Pero
en el caso de no resolverse la patología, se debe considerar la posibilidad de
un tratamiento quirúrgico y en tal caso las opciones son:
1)
Miringotomía (pequeña incisión en la membrana timpánica para permitir el
drenaje del líquido.
2)
Miringotomía y tubos de timpanostomía (es la incisión en el tímpano, el drenaje
y la colocación de tubos, que se conocen con el nombre de diábolos que
ventilarán los oídos).
3)
Adenoidectomia más colocación de tubos (de esta manera se extrae la fuente de
colonización bacteriana que puede ocluir la apertura del conducto auditivo y se
ventilan los oídos).
Recomendaciones: Ante la mínima observación de alteraciones en la
audición, y presencia permanente de moco, se debe consultar, para evitar
cambios estructurales que pueden llevar a una otitis media crónica y alterar
extremadamente la calidad de vida del enfermo. SMC
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