martes, 23 de enero de 2024

Otitis media crónica con efusión: qué es y cómo afecta la calidad de vida de los niños…

La otitis media crónica con efusión se trata de una patología de consulta frecuente que se caracteriza por la presencia de líquido tras una membrana timpánica intacta, sin signos o síntomas de infección aguda que en algunas oportunidades puede tener una evolución crónica.
Se le atribuye diferentes nombres, como por ejemplo, otitis media no supurada, otitis media secretora, otitis media con derrame u otitis media serosa, pero el término más adecuado es el de ‘otitis media con efusión’, el que se inicia con un proceso inflamatorio, con contenido líquido dentro del oído medio.
Tiene una incidencia muy alta en la edad pediátrica, y está relacionada con:
- La ausencia de lactancia materna
- La presencia de humo del tabaco en el hogar
- Su mayor incidencia ocurre en otoño – invierno
- Se debe evitar que el niño tome la mamadera acostado
- También tiene incidencia el uso prolongado del chupete
La obstrucción de la trompa de Eustaquio es más frecuente, en los niños que en los adultos, y se da porque anatómicamente la trompa, está más horizontalizada, y es más corta por lo que el drenaje de mucosidad desde el oído medio hasta la faringe es más dificultoso.
Cuando se obstruye la trompa de Eustaquio, entre la obstrucción y el tímpano se produce una reabsorción del aire acumulado, produciéndose un vacío que produce la retracción del tímpano por presión negativa, después de lo cual puede generarse una colección líquida susceptible de infecciones. Dificultándose la funcionalidad de la trompa y consecuentemente la audición.
La desobstrucción puede conseguirse mediante maniobras de Valsalba (inflar la boca con aire y tapar las fosas nasales), bostezar, y/o mascar chicles. Su causa sigue siendo controversial, se trata de un proceso multifactorial, en el que hay una causa predisponente: la disfunción tubárica (trompa de Eustaquio) y otros factores coadyuvantes, principalmente las diferencias anatómicas y funcionales hacen que el niño sea más proclive a desarrollar efusión en el oído medio (derrame).
La trompa de Eustaquio es una estructura anatómica que tiene forma de tubo que habitualmente está cerrada y va desde la caja del tímpano hasta la rinofaringe, y su función es controlar la presión del oído medio, proteger las estructuras ante cambios bruscos de presiones, tratar de mantener el equilibrio de las mismas a ambos lados del tímpano. Además es la encargada de ventilar de manera adecuada el oído, y ante la falta de equilibrio, el tímpano no cumple con su función y no puede transmitir las ondas sonoras a través de los huesecillos hacia el nervio acústico.
Las trompas pueden bloquearse por múltiples causas
- Resfríos (rinovirus)
- Alergia, la secreción permanente de moco (en los niños es frecuente porque no se suenan la nariz y se acumula moco)
- Hipertrofia adenoidea. Juega un rol importante la presencia de las carnes crecidas
- Hipertrofia amigdalina
- Alteraciones craneofaciales
- Paladar ojival
- Malaoclusión dentaria
- Presencia de reflujo gastroesofágico
El diagnóstico en muchas ocasiones se basa en la existencia frente al relato, dando un alto índice de sospecha, y el síntoma más frecuente es la hipoacusia. Los maestros o los padres son los que observan los síntomas tales como la disminución de la audición, el retraso del lenguaje, la dificultad del aprendizaje, la falta de atención, los cambios en la personalidad y el dolor de oídos (otodinia).
La otomicroscopía en manos del especialista es el mejor método diagnóstico, pues su visión es binocular, tiene muy buena luz, da más amplitud, y magnificación, y además, se puede utilizar diferentes métodos de evaluación audiológica, siempre dependiendo de la edad del enfermo. La impedanciometría un estudio complementario de muy fácil interpretación.
La única colaboración que se requiere es que el paciente se quede quieto, mientras el aparato hace su trabajo, no produce molestias y se puede completar con el pedido de timpanometría, cuyo resultado dará un gráfico que muestra la movilidad del tímpano y los huesecillos conductores. Recordemos que medir la audición de un niño no es un método sencillo, y en caso de realizarse se requiere que quien la realice cuente con mucha experiencia y entrenamiento.
Tratamiento
El 90% de las otitis medias con efusión se resuelven espontáneamente, deben ser observadas manteniendo la expectación. En caso de indicar tratamiento, el objetivo es evacuar el fluido del oído medio y se administran antibióticos y corticoides orales, como coadyuvantes se indican en caso necesario antihistamínicos, soluciones salinas hipertónicas, corticoides tópicos.
Pero en el caso de no resolverse la patología, se debe considerar la posibilidad de un tratamiento quirúrgico y en tal caso las opciones son:
1) Miringotomía (pequeña incisión en la membrana timpánica para permitir el drenaje del líquido.
2) Miringotomía y tubos de timpanostomía (es la incisión en el tímpano, el drenaje y la colocación de tubos, que se conocen con el nombre de diábolos que ventilarán los oídos).
3) Adenoidectomia más colocación de tubos (de esta manera se extrae la fuente de colonización bacteriana que puede ocluir la apertura del conducto auditivo y se ventilan los oídos).
Recomendaciones: Ante la mínima observación de alteraciones en la audición, y presencia permanente de moco, se debe consultar, para evitar cambios estructurales que pueden llevar a una otitis media crónica y alterar extremadamente la calidad de vida del enfermo. SMC

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