Texto
del Evangelio (Jn 6,44-51): En
aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Nadie puede venir a mí, si el Padre que
me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en
los profetas: serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y
aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha
venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que
cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el
maná en el desierto y murieron; éste es el pan que baja del cielo, para que
quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de
este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la
vida del mundo».
Comentario del Evangelio
Hoy Jesucristo sigue predicando a la muchedumbre de
judíos que alimentó con la multiplicación de panes y peces. Ahora les habla de
su Padre del cielo. Es cierto que Moisés había hablado con Dios como de amigo a
amigo. Pero Jesús está más alto: Jesús habla con el Padre no como un amigo,
sino como el Hijo eterno ante su Padre.
—Dios no está lejos. Pero, para que todavía le
tengamos más cerca, ha enviado a su Hijo y Jesús se ha quedado con nosotros en
la Eucaristía. Tenemos un ‘Dios-con-nosotros’.
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