El Sacrificio Eucarístico recibió diversos nombres
en el transcurso de los siglos. A partir del s. IV el nombre más frecuente es
el de Misa, palabra que proviene del verbo latino mittere, que significa
enviar. Es una forma derivada y vulgar de la palabra misión. La expresión misa
la derivan algunos de las oraciones dirigidas o enviadas a Dios; otros de la
dimisión o despedida de los catecúmenos (los que se están preparando para el
bautismo), que no podía asistir a la celebración del misterio eucarístico, sino
sólo a la introducción hasta el Credo. Según parece, al principio designaba
únicamente la ceremonia de despedida de los catecúmenos; después significó las
ceremonias e instrucciones que la precedían (misa de los catecúmenos); más
tarde, la celebración del misterio eucarístico (misa de los fieles), y que es
el sentido actual.
Según enseña el Catecismo de la Iglesia Católica,
en el número 1332, se denomina al sacrificio eucarístico con la palabra Misa
‘porque la liturgia en la que se realiza el misterio de salvación se termina
con el envío de los fieles (del verbo ‘missio’, enviar) a fin de que cumplan la
voluntad de Dios en su vida cotidiana’. MAF
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