domingo, 6 de abril de 2025

Día litúrgico: Lunes V (C) de Cuaresma

Texto del Evangelio (Jn 8,12-20): En aquel tiempo, Jesús les habló otra vez a los fariseos diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida». Los fariseos le dijeron: «Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale». Jesús les respondió: «Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie; y si juzgo, mi juicio es verdadero, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado. Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos personas es válido. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el que me ha enviado, el Padre, da testimonio de mí».
Entonces le decían: «¿Dónde está tu Padre?». Respondió Jesús: «No me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre». Estas palabras las pronunció en el Tesoro, mientras enseñaba en el Templo. Y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.
 
Comentario del Evangelio
 
Hoy sube de tono la discusión sobre Jesucristo. Empezó su predicación en Galilea anunciando la llegada del Reino de Dios, predicó con una autoridad excepcional, atendió a todos, hizo milagros… La gente normal reconocía que Jesús venía de parte de Dios. Ahora, en Jerusalén, declara abiertamente que Dios es su Padre y, además, se identifica con el Padre.
—Jesús es Dios, y Dios es una ‘familia’: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esa maravilla es la que descubrimos escuchando y aceptando a Jesucristo.

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