Texto
del Evangelio ( ):
Comentario del Evangelio
Hoy el Señor no está. ¡Mejor dicho!: sí que está, pero
está bajo tierra, sepultado. ¡El Creador sepultado! ¿Pues? Quizá será porque
para amar hay que sepultarse: si quieres demasiado ser tú, quizá no llegues a
identificarte con el prójimo, con tus hermanos. Jesús-Hombre murió: su Alma
humana abandonó su Cuerpo. Pero Jesús-Dios es Dios eterno: ¡sigue vivo! Y el
Cuerpo que había asumido resucitará. No resucitará como Lázaro (que tuvo que ser ‘des-atado’).
Jesucristo resucitará por su propio poder divino.
—Pero fíjate: venció a la muerte sometiéndose a la
muerte. ¿Entiendes que para amar hay que sepultarse?
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