En el marco de los ocho casos
de sarampión confirmados en el AMBA, es fundamental contar con información
clara y segura sobre qué es y cómo prevenir esta enfermedad viral y altamente contagiosa.
El sarampión se transmite
mediante gotas que se liberan del aire de la nariz, boca, o garganta de una
persona infectada. El virus puede persistir en el aire o sobre superficies,
siendo activo y contagioso por un período de 2 horas.
Los síntomas frecuentes son
fiebre alta, manchas rojas en la piel, secreción nasal, conjuntivitis y tos.
Este virus no distingue edades, aunque puede presentarse de forma grave, sobre
todo en menores de 5 años.
Si bien no existe ningún
tratamiento antiviral específico contra el virus del sarampión, la vacunación
juega un rol fundamental en la prevención. Más aún si se tiene en cuenta el
inicio del año lectivo.
Por eso, es muy importante
chequear si los chicos cuentan con el esquema completo de vacunación contra el
sarampión, es decir, dos dosis de vacuna triple o doble viral para personas de
5 años o más y una dosis para aquellos entre 12 meses y 4 años. El esquema
también debe ser chequeado por toda la población adolescente y adulta.
Todas las personas desde el
año de vida deben tener las vacunas completas contra el sarampión y la rubéola,
según Calendario Nacional de Vacunación:
● De 12 meses a 4 años deben
acreditar una dosis de vacuna triple viral.
● Niños de 5 años o más,
adolescentes y personas adultas deben acreditar al menos dos dosis de vacuna
con componente contra sarampión y rubéola aplicada después del año de vida
(doble o triple viral) o contar con serología IgG positiva para sarampión y
rubéola.
● Las personas nacidas antes
de 1965 se consideran inmunes y no necesitan vacunarse.
Se recomienda contar con
esquema de vacunación completo antes de realizar un viaje. Además, ante la
aparición de fiebre y erupción en la piel, lo principal es buscar atención
médica, resguardando las medidas de cuidado mediante el uso de un barbijo en
pos de evitar la transmisión.
La colaboración entre las
familias, profesionales de la salud y autoridades sanitarias es esencial para
mantener altas tasas de vacunación y asegurar que todos estemos protegidos. La
prevención es la mejor forma de cuidar la salud de nuestra comunidad y
garantizar un futuro libre de enfermedades prevenibles. BP
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