En
Argentina, cada año, se registran 22.000 nuevos casos de cáncer de mama y casi
6000 muertes por este motivo, de acuerdo a cifras de la Sociedad Argentina de Mastología.
Es por eso que, ante el tumor que más afecta a las argentinas, es esencial no
solo realizarse los chequeos rutinarios, como es la realización de una
mamografía por año, sino también consultar rápido ante un hallazgo sospechoso
tras la realización de un autoexamen. Por lo que, en resumen, destacan: “Perder
el miedo, consultar sin síntomas y controlarse anualmente”.
Es
por eso que, en el Día Internacional de la Salud de las Mujeres, que se
conmemora cada 28 de mayo, los especialistas destacan la importancia de generar
una red de prevención para que se traduzca en un impacto positivo en la calidad
de vida de las pacientes. Esta efeméride tiene objetivo central destacar el
valor que tiene garantizar el derecho a gozar de un cuidado integral a lo largo
de toda la vida. La iniciativa fue instaurada en 1987 y pretende abordar las
múltiples causas de enfermedad y muerte en la población femenina, además de
promover los mecanismos necesarios para su tratamiento y prevención.
En
promedio, se detectan 60 nuevos casos de cáncer de mama por día en Argentina.
Número que se traduce en más de dos diagnósticos por hora. Es por eso que los
expertos de la Sociedad Argentina de Mastología (SAM) advierten sobre las
medidas que se deben aplicar para tener mejores perspectivas con el
tratamiento, ya que “si se sumaran a estas cifras otras patologías mamarias de
menor riesgo, los números crecerían exponencialmente”.
Ante
esta realidad, los especialistas proponen a las pacientes pasar a la acción con
dos herramientas tan simples como efectivas: respetar los chequeos de rutina y
hacer una consulta rápida en caso de detectar una anomalía. En más del 90% de
los casos, el diagnóstico precoz permite acceder a tratamientos con altas
chances de curar este tipo de tumores, que son los que más afectan a las
mujeres.
El
doctor Francisco Terrier, presidente de la Sociedad Argentina de Mastología y
miembro del staff de la Clínica Breast y el Hospital Italiano de La Plata, se
refirió a esta situación y señaló: “La edad recomendada para iniciar los
controles mamarios para la población general es a partir de los 40 años, cuando
se indica realizar una mamografía con una periodicidad anual”.
Al
tiempo que, en el comunicado de prensa emitido por la SAM, aclaró: “Puede ser
que esta recomendación se modifique en casos específicos cuando existan
antecedentes personales y/o familiares que modifiquen el riesgo. Si bien esta
información tiene cada vez mayor difusión y alcance, es todavía frecuente ver ‘incumplimientos’
de estos controles”.
Un
paso previo, antes de comenzar con estos controles periódicos, es realizar una
primera consulta entre los 25 y 30 años, advierten los expertos. En ese
momento, el mastólogo podrá llevar adelante una evaluación personalizada del
riesgo, siendo que en mujeres que tienen antecedentes familiares de cáncer de
mama, la indicación es anticipar el inicio de los chequeos hasta 10 años antes
de la edad en que se le diagnosticó el tumor al familiar que más temprano lo
haya tenido.
Las razones que impulsar a las
mujeres argentinas a la consulta
Lo
cierto es que, los chequeos de rutina “son la telaraña con la que el sistema de
salud busca atrapar los tumores en sus estadios primarios; pero, en simultáneo,
muchas mujeres llegan al consultorio movilizadas por haber -detectado algo-”,
explican los especialistas.
Asimismo,
señalan que “estos hallazgos no siempre son el indicio de un problema mayor,
pero el camino correcto es el mismo: consultar al mastólogo para evaluar la
situación y así saber si es necesario hacer algún tipo de estudio
complementario”.
“El
síntoma más frecuente es el nódulo. Las pacientes lo detectan porque se palpan
una dureza o formación en la mama. Menos frecuentes son las úlceras o lesiones
de piel, las retracciones del pezón, la palpación de ganglios axilares o los derrames
hemáticos por el pezón”, explica el doctor Terrier. Asimismo, remarca que, si
bien, muchas veces, no va a tratarse de una patología maligna, su origen debe
ser confirmado o descartado por el profesional.
Por
su parte, la doctora Sabrina Barchuk, miembro de la Sociedad Argentina de
Mastología y médica de planta de la sección Mastología del Hospital Fernández,
agrega que “todo cambio en la forma o contorno, coloración o consistencia de la
mama, debe motivar la consulta independientemente de la edad o el momento
fisiológico (embarazo, lactancia, edad fértil o menopausia). Por lo cual, es
fundamental que la mujer conozca su propio cuerpo mediante el autoexamen
mamario”.
De
acuerdo a la experta, esta rutina es una estrategia útil para fomentar el
autoconocimiento del cuerpo y detectar cambios, ya que el autoexamen se realiza
una vez por mes y se debe buscar un bulto, modificaciones en el tamaño y/o
forma de la mama, hoyuelos, enrojecimiento de la piel, hundimiento del pezón y
presencia de secreciones.
Vale
destacar que, pese a su utilidad en la detección, es importante tener en cuenta
que no se considera una herramienta de diagnóstico precoz ni reemplaza a la
mamografía ni al examen mamario realizado por un médico entrenado.
En
tanto, la doctora María Eugenia Azar, vicepresidente de la Sociedad Argentina
de Mastología y jefa del Departamento de Mastología del Instituto Ángel H.
Roffo, apunta que una de las patologías benignas más frecuentes son “los
fibroadenomas, que no pueden prevenirse, pero una consulta oportuna podrá
diferenciarlo de un nódulo sospechoso”.
En
palabras de la especialista, se trata de una formación sólida, que no genera
dolor y que se suele detectar como una pelotita lisa de tamaño variable dentro
de la mama. Otras afecciones comunes por las que suelen generarse consultas
médicas son la mastalgia, que es la sensibilidad aumentada de la glándula
mamaria, pero sin la presencia de nódulos, las infecciones (mastitis) y los
derrames por el pezón.
Cuál es el tumor más frecuente
entre las mujeres argentinas
Según
datos del Ministerio de Salud, cada año se detectan más de 22.000 nuevos casos
de carcinoma de mama, el tumor maligno que se presenta con mayor frecuencia. En
ese sentido, advierten que esta patología provoca casi 6000 muertes anuales, lo
que lo hace ser el más frecuente y mortal entre las mujeres en la Argentina.
Asimismo,
se presenta mayormente entre los 55 y 65 años. Sin embargo, cerca de un 10% de
casos se da en menores de 40 y otro 10%, en mayores de 80. Por lo cual, la edad
no es un factor para creer que el riesgo es cero y “la recomendación es que
todas las mujeres estén atentas a cualquier cambio en sus mamas, consulten a un
especialista si tienen algún síntoma y respeten los controles indicados para
cada caso”, recomiendan los expertos en el comunicado de prensa.
“La
patología maligna de mayor frecuencia es el carcinoma de mama, englobando
dentro de este nombre numerosas y variadas formas de presentación del
habitualmente llamado cáncer de mama. El resto de las afecciones malignas, como
sarcomas, melanomas y linfomas, son de muy baja frecuencia”, detalla el doctor
Terrier.
“Las
patologías mamarias suelen subestimarse en etapas de la vida como el embarazo y
la lactancia. Si bien las alteraciones en la consistencia, el tamaño o la
coloración de la mama en estas etapas suele vincularse a procesos fisiológicos,
cualquier cambio persistente debe motivar la consulta al especialista. También
suele subestimarse en pacientes jóvenes, en las que los cambios en la
consistencia o tumoraciones de la mama pueden interpretarse como relacionadas
con las fluctuaciones hormonales propias del ciclo menstrual”, detalla la
doctora Barchuk. Y agrega que se trata de una patología multifactorial, es
decir que hay factores genéticos, personales y ambientales que influyen en su
desarrollo.
“Es
una enfermedad difícilmente prevenible, por lo cual el diagnóstico precoz
mediante la realización de la mamografía es fundamental para mejorar el
pronóstico. No obstante, mantener un estilo de vida saludable mediante la
realización regular de actividad física, el mantenimiento de un peso corporal
saludable, el consumo moderado de alcohol y la ausencia de hábito tabáquico,
puede reducir el riesgo basal que cada mujer presente debido a factores no
modificables como la edad y cuestiones genéticas”, apunta.
Cuáles
son los últimos avances médicos
“Se
ha avanzado mucho en el diagnóstico temprano y en los tratamientos que han
mejorado las tasas de curación y control de la enfermedad. Las terapias target,
por ejemplo, cambiaron la historia natural del subgrupo de enfermedad her2”,
indica la doctora Azar, ya que en las últimas décadas hubo una revolución en el
conocimiento de las características genéticas y los mecanismos de acción de los
tumores.
Ante
este avance, los expertos pudieron desarrollar mejores estrategias para hacerle
frente a esta patología, ya que se trata de tumores que tienen resultado
positivo de una proteína que fomenta el crecimiento de las células cancerosas y
para los que los tratamientos disponibles en la actualidad son muy efectivos.
En
esa línea, el doctor Terrier destaca la mayor precisión que alcanzaron en los
últimos años los procedimientos de diagnóstico por imágenes y punciones, la
tendencia de que las cirugías buscan provocar a una menor agresión hacia las
pacientes cuando las características del tumor lo permiten y tratamientos
oncológicos con drogas de mayor efectividad, traduciéndose todo ello en
porcentajes de curación que aumentan año a año.
“Pero
el punto principal es insistir en la difusión de la conducta más demostrada
como beneficiosa en la curación del cáncer mama que es realizar los controles
periódicos para lograr el diagnóstico en etapas asintomáticas o tempranas y
consultar rápidamente con los especialistas ante la aparición de algún síntoma”,
remarca el presidente de la Sociedad Argentina de Mastología.
Mientras
que, en ese sentido, la doctora María Eugenia Azar resume el mensaje a las
pacientes –y a todas las mujeres en general- en tres pasos simples: “Perder el
miedo, consultar sin síntomas y controlarse anualmente”.
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