Mes de María
La esclava del
Señor es aquella que lo amó intensamente; con la ternura de una madre que, con
alegría callada, contempla a su hijo único dar la vida por los que ama. Ella es
quien sale a nuestro encuentro; llega afanosa a nuestra casa para ayudarnos,
como lo hiciera con Isabel. Para comprometerse como lo hizo con aquellos
esposos de Caná de Galilea. Es ella quien vestida del Sol nos trae al “Sol que
nace de lo alto” (cfr. Lc 1,79) para
que ilumine nuestras sombras, para que cure nuestras heridas y encienda el
calor en todo lo que está frío. Por una tradición muy arraigada celebramos en
el mes de mayo, a la virgen María, la celebramos a María con devociones
enternecedoras que reflejan el cariño que le profesamos a nuestra madre
Santísima; devociones que entre nosotros nos hacen parecer a todos hijos amados
de tan distinguida Madre.
El rezo del Rosario
El rezo del
santo Rosario es una devoción muy especial que hemos aprendido, precisamente de
nuestras madres y abuelas, ¿quién no las recuerda rezando con piedad al pasar
las cuentas de la camándula? El rosario es la oración de los humildes, de los
pequeños, de los que saben contactar con los grandes misterios a partir de
realidades pequeñas, susurrando a una madre atenta al más bello de sus elogios,
el rezo del rosario nos inserta en una nueva forma de comunicación con Dios a
partir de los grandes misterios de la vida de Cristo, tomados de nuestra Madre.
El rezo del rosario es una actitud espiritual profunda que abarca a los más
sencillos cristianos y a los más renombrados pontífices. Cada avemaría es una
flor que se le ofrece a María, nuestra Madre.
El ofrecimiento de flores
Nos tocó, a
varios de nosotros, pasar a ofrecer a la Santísima Virgen florecillas después
del rezo del rosario, este es un gesto especial de todos los hijos los cuales,
al celebrar a su madre le ofrecen delicadas flores que la endulzan con su
aroma, lo mismo realizamos con María nuestra madre: le ofrecemos flores para
demostrar nuestro cariño especialísimo. Este gesto que en todas las parroquias
y capillas de las Iglesias se hace es una muestra del afecto que se tiene por
la santísima virgen que siempre está junto a sus hijos.
Más allá de la devoción
Evidentemente
no se trata de tener devoción a María sólo en el mes de mayo. Eso sería triste
y hasta gracioso. No sólo nos acordamos de nuestras mamás el diez de mayo, las
tenemos presentes siempre. Lo mismo sucede con la devoción a la santísima
virgen. Nos queda tomar la actitud de aquel discípulo que se sabía amado por
Cristo, su maestro, porque fue, precisamente, ese amor el que le permitió
acoger a la Madre en su casa, abrir su morada para ser acompañado por la
testigo fiel de la obra de salvación. FOG
No hay comentarios.:
Publicar un comentario