El
estilo de vida de las personas que viven en las denominadas zonas azules tiene
un impacto positivo en su salud. Los hábitos alimentarios, entre otros, son el
secreto para una larga vida. Te contamos qué comen los más longevos del mundo.
En
2004, el periodista Dan Buettner, por encargo de National Geographic, y un
equipo de especialistas e investigadores se propusieron identificar áreas donde
se demostraba que las personas vivían vidas más largas, felices y saludables.
Estas regiones son conocidas como zonas azules. Y se incluyeron cinco lugares:
Okinawa en Japón, Nicoya en Costa Rica, Ikaria en Grecia, Loma Linda en Estados
Unidos y Cerdeña en Italia. En comparación con otras partes del mundo, los
residentes de estas zonas tienen un número significativamente mayor de
centenarios.
Aunque
la cultura culinaria no es la misma en cada región se descubrieron hábitos
alimenticios comunes: comen muchos cereales integrales, frutas y verduras, al
tiempo que limitan la ingesta de alimentos procesados y azúcar. Según un
artículo publicado en American Journal of Lifestyle Medicine, en las zonas
azules consumen con frecuencia cereales integrales como avena, quinoa y arroz
integral.
Otro
de sus alimentos básicos son las legumbres. Por ejemplo, los guisantes en
Ikaria, los frijoles negros en Nicoya o la soja en Okinawa. También el aceite
de oliva y el tomate. El compuesto orgánico oleocantal del aceite de oliva, un
alimento habitual en la dieta mediterránea, ayuda a reducir la inflamación.
Mientras que los tomates también son ricos en licopeno, un antioxidante.
Pautas alimentarias de la
dieta de las zonas azules
El
mismo Dan Buettner ha explicado, qué hábitos de alimentación de las zonas
azules seguir para ser más longevos:
-El
95% de los alimentos provienen de una planta o de un producto vegetal. “Si bien
las personas en cuatro de las cinco zonas azules consumen carne, lo hacen con
moderación, utilizándola como un alimento para las celebraciones festivas, una
pequeña guarnición o una forma de dar sabor a los platos”. Los mejores
alimentos son las verduras de hoja verde como la espinaca, la col rizada, la
remolacha, los nabos, la acelga y la berza.
-Consumen
carne no más de dos veces por semana. Esta procede de animales que viven en
libertad. “Opta por el pollo de corral y el cerdo o cordero de granja familiar
en lugar de carnes criadas industrialmente”.
-Comen
hasta tres onzas (85 gramos) de pescado al día. “En la mayoría de los casos,
los peces que se consumen son pequeños y relativamente baratos, como las
sardinas, las anchoas y el bacalao, especies que se encuentran en la mitad de
la cadena alimentaria y que no están expuestas a los altos niveles de mercurio
u otras sustancias químicas como los PCB (bifenilos policlorados)”.
-Minimizan
el consumo de leche de vaca y productos lácteos como queso, nata y mantequilla.
“En la dieta de las zonas azules, se pueden consumir pequeñas cantidades de
leche de oveja o de cabra (especialmente yogur entero fermentado naturalmente y
sin azúcares añadidos) unas cuantas veces por semana”.
-Comen
de dos a cuatro huevos por semana. No obstante, Buettner recomienda no tomar
más de tres a la semana. “Compra únicamente huevos pequeños de gallinas criadas
en libertad”.
-Comen
al menos cuatro veces más legumbres que el resto. “Representan el superalimento
por excelencia en la dieta de las zonas azules”. Por eso, aconseja ingerir al
menos media taza de legumbres cocidas diariamente.
-Toman
dulces solo de forma puntual en celebraciones. “Sus comidas no tienen azúcar
añadido y suelen endulzar el té con miel”. En definitiva, se trata de reducir
el consumo de azúcar, ya que “se ha demostrado que el exceso de azúcar en
nuestra dieta suprime el sistema inmunológico”.
-Comen
un puñado de frutos secos al día. Cualquiera de las variedades está bien,
aunque aconsejan especialmente almendras, cacahuetes, nueces de Brasil,
anacardos y nueces.
-Toman
pan de grano entero o de masa madre. “Los panes en Ikaria y Cerdeña, por
ejemplo, están hechos de una variedad de granos 100% integrales, incluyendo
trigo, centeno y cebada, cada uno de los cuales ofrece un amplio espectro de
nutrientes, como triptófano, un aminoácido, y los minerales selenio y magnesio”.
-Toman
alimentos integrales. “Los alimentos que consumen, especialmente los cereales,
se digieren lentamente, por lo que el nivel de azúcar en sangre no se dispara”.
Otro básico: no llenarse del
todo
Los
habitantes de Okinawa adoptan el principio de “hara hachi bu”: comer hasta
estar un 80% lleno. En lugar de comer hasta que estés satisfecho, puedes dejar
de comer cuando sientas que puedes comer un poco más. Masticar bien los
alimentos y comer despacio te ayudará a sentirte más lleno.
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