lunes, 28 de julio de 2025

Raíces que bendicen…

Parque con juegos. Bancas oxidadas. Sombras largas de la tarde.
En la ciudad que siempre mira hacia el futuro, hay silencios que vienen del pasado y que aún nos sostienen.
No hacen ruido. No exigen pantalla. Pero ahí están… sentados en la banca del parque, acompañando, escuchando, rezando bajito.
Son Joaquín y Ana los que no aparecen en los titulares, pero sin ellos no habría historia. Porque antes que la Virgen dijera “hágase”, hubo unos padres que dijeron “confiaremos”.
Y hoy siguen ahí:
— en la abuela que lleva estampitas en la bolsa
— en el abuelo que carga con paciencia la mochila del nieto,
— en los que rezan por sus hijos aunque ya no vivan cerca,
— en los que han aprendido que el amor no se jubila.
Son raíces vivas. No siempre visibles… pero esenciales. No dan sombra rápida… pero sí fruto a largo plazo.
Y aunque muchos los miren como parte del ayer, Dios los sigue usando para bendecir el hoy.
Porque ellos saben que educar no es imponer… es sembrar con ternura y confiar en que algún día la cosecha llegará. RM

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