El
20 de agosto es una fecha que no pasa desapercibida a nivel mundial. ¿Por qué?
Porque es el Día Mundial de las Papas Fritas, una celebración creada para
rendir homenaje a uno de los alimentos más populares y queridos en todo el
mundo.
La
papa es un tubérculo originario de América del Sur que llegó a Europa hace
aproximadamente 500 años y, desde entonces, su versatilidad en la cocina hace
que sea el acompañamiento esencial e indiscutible de la gastronomía. En cuanto
al origen de las papas fritas, hay controversia y es motivo de disputa entre
Francia y Bélgica, dos países que reclaman haber sido los primeros en freírlas.
Una
de las primeras documentaciones de las papas fritas data del siglo XVIII en el
legendario Pont Neuf de París. Allí, vendedores ambulantes las ofrecían
preparadas a la vista de los clientes, quienes observaban cómo se freían en
braseros y sartenes.
Por
su parte, en Bélgica, la receta ha sido transmitida de generación en
generación, caracterizándose por un doble proceso de cocción: primero en aceite
y luego en grasa. A pesar de las diferencias en la técnica de cocción, tanto
franceses como belgas coinciden en el método básico de preparación: fritura en
aceite.
La
producción mundial de papa alcanza los 376 millones de toneladas y en Argentina
se producen anualmente 3 millones de toneladas, según la Secretaría de
Agricultura, Ganadería y Pesca.
En
bastones, onduladas, a la española, rejilla, en gajos o noisette, las papas
fritas presentan algunos desafíos nutricionales que vale la pena explorar.
¿Las papas fritas son
saludables?
Las
papas fritas, en general, no se consideran un alimento saludable cuando se
consumen en grandes cantidades o con frecuencia debido a su alto contenido
calórico y graso.
Aunque
las papas en sí son una fuente de nutrientes como la vitamina C y el potasio,
su valor nutritivo disminuye considerablemente al ser fritas, convirtiéndolas
en una opción menos saludable.
“Ningún
producto frito con aceites vegetales (girasol, maíz, canola, mezcla) puede
considerarse saludable. El problema no es la papa en sí, sino el aceite que
usamos para freír. Los aceites vegetales son considerados altamente
inflamatorios, y se los asocian con altas posibilidades de contraer
enfermedades”, explica Fiorella Vitelli, licenciada en nutrición. Además, al
freírlas a altas temperaturas, se genera acrilamida, un compuesto químico que,
según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos se forma de manera
natural en ciertos alimentos durante este tipo de cocción.
Este
proceso ocurre principalmente en alimentos ricos en carbohidratos, como las
papas, el pan, los cereales y el café. La preocupación sobre la acrilamida
radica en que, según estudios en animales, la exposición a este compuesto en
niveles elevados ha sido asociada con un mayor riesgo de cáncer.
“El
inconveniente se encuentra principalmente en la fritura y la calidad del
aceite. Ese tipo de cocción ayuda a elevar el colesterol en sangre, aumenta el
riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares, y puede favorecer un incremento
de peso”, dice la licenciada en nutrición Patricia Chávez, parte del staff de
Dim Centros de Salud.
Además,
Chávez señala que “a las papas fritas, habitualmente, se le agrega sal, lo que
puede llevar a un consumo excesivo de sodio. Por último, el proceso de fritura
puede llevar a la formación de acrilamida, una sustancia potencialmente dañina
para nuestra salud”.
Nadia
Hrycyk, nutricionista de la Universidad de Buenos Aires, postula: “Las papas
fritas pueden ser saludables si se hacen caseras, en comparación con las de
paquete, que contienen una mayor cantidad de conservantes y colorantes para
prolongar su vida útil, lo que las hace menos saludables. Sin embargo, unas
papas fritas caseras pueden ser saludables si la fritura se realiza
correctamente, es decir, con un aceite de buena calidad, a una temperatura
adecuada de 180 grados. Es importante que estas no estén frías al momento de
freírlas, para no bajar la temperatura de cocción. Las papas deben estar
completamente cubiertas por el aceite, y este debe ser nuevo, no reutilizado.
Si el corte de la papa es más delgado, la cocción será más rápida y se
absorberá menos aceite, lo que resulta en una papa con menor contenido calórico
y de mejor calidad”, agrega Hrycyk.
Aunque
la evidencia en humanos es menos clara, organizaciones como la Agencia
Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que forma parte de la OMS,
han clasificado la acrilamida como un ‘probable carcinógeno’ para los seres
humanos.
Según
la Sociedad Española de Cardiología, deben evitar el consumo de papas fritas
aquellos que padezcan alguna enfermedad cardiovascular. ¿Por qué? Según explica
la entidad, las papas fritas están en el grupo de alimentos que contienen
abundante grasa saturada, grasa trans y colesterol.
¿Cuántas calorías tienen una
porción de papas fritas?
El
contenido calórico de una porción de papas fritas puede variar según el tamaño
de la porción, el tipo de aceite utilizado para freírlas, la temperatura y el
método de cocción. Sin embargo, de manera general:
-Una
porción pequeña de papas fritas (alrededor de 100 gramos) contiene
aproximadamente entre 250 y 300 calorías.
-Una
porción mediana, como la que se suele servir en muchos restaurantes de comida
rápida, puede tener entre 350 y 400 calorías.
-Una
porción grande puede superar las 500 calorías.
-“Depende
mucho de la cantidad de aceite que haya absorbido, pero pueden quintuplicar o
más sus calorías en comparación con la hervida”, apunta Vitelli, y agrega que
las papas, con la fritura, absorben aceite durante la cocción, que aporta 9
calorías por gramo.
-En
tanto, Hrycyk enfatiza: “En cuanto a las calorías, dependerá de la calidad de
la fritura. Por ejemplo, 100 gramos de papa cocida tienen aproximadamente 80
calorías, pero si se fríen, pueden llegar a tener 300 calorías o más,
dependiendo de la cantidad de aceite que absorban durante la cocción”.
-Respecto
a los aderezos, las expertas coinciden en que su combinación con las papas
fritas aumentan significativamente las calorías. “Los acompañamientos, como
ketchup, mayonesa, y queso derretido agregan calorías adicionales, y en algunos
casos, además, agregan grasas saturadas a la porción de papas fritas”, explica
Chávez.
-“Es
urgente correr el foco de las calorías y entender la nutrición
cualitativamente. Es conveniente hacer un aderezo casero en dos minutos que los
comprados que mayormente tienen ingredientes químicos no recomendables”,
sugiere Vitelli.
¿Son más saludables las
hogareñas que las compradas en las cadenas de comida rápida?
Las
papas fritas caseras son algo más amigables con la salud del organismo que las
preparadas en cadenas de comida rápida por varias razones clave.
Según
Chávez, “hacer papas fritas caseras es una opción más saludable en comparación
con las compradas en cadenas de comida rápida porque podemos controlar ingredientes,
el tipo de aceite, la cantidad de sal, no tiene agregados de conservantes,
aditivos o ingredientes artificiales”.
Y
sugiere: “Siempre hay que prestar atención a la reutilización del aceite porque
puede aumentar la formación de acrilamida”. En esta línea, Vitelli agrega que,
un punto a favor de las papas fritas cocinadas en casa es que “tenemos la
posibilidad de usar un aceite de la mejor calidad posible y dejarle la cáscara”.
Aquí,
más razones:
-Control sobre los
ingredientes: Al preparar papas fritas en
casa, puedes elegir ingredientes de mejor calidad, como papas frescas y aceites
más saludables, evitando el uso de aditivos, conservantes y excesiva sal,
comunes en las versiones de comida rápida.
-Método de cocción: Las papas fritas caseras pueden ser cocinadas con
métodos más saludables, como hornear o utilizar una freidora de aire, lo que
reduce significativamente la cantidad de aceite y, por lo tanto, el contenido
de grasas y calorías.
-Menor contenido de grasas y
sodio: Las cadenas de comida rápida
suelen freír las papas en grandes cantidades de aceite, a menudo utilizando
aceites que contienen grasas trans o saturadas. Además, las papas fritas
comerciales suelen estar muy saladas, lo que aumenta el consumo de sodio.
-Evitar la acrilamida: Cocinando en casa, puedes controlar la temperatura y
el tiempo de cocción para reducir la formación de acrilamida, un compuesto
potencialmente cancerígeno que se forma durante la fritura a altas
temperaturas
¿Cuál es el modo más saludable
de cocinar papas fritas?
Es
mediante métodos que minimicen la cantidad de aceite y, por ende, reduzcan el
contenido de grasas y calorías. Según Vitelli, el método más saludable de
prepararlas es con la freidora de aire y sin aceite vegetal. De acuerdo a un
reciente estudio, la fritura de papas con aire resultó más adecuada para el
proceso de fritura y produjo alimentos fritos más saludables que otros métodos
de fritura tradicionales.
Los
investigadores concluyeron que el contenido de humedad y la absorción de aceite
en las tiras de papa fritas mediante fritura con aire fueron significativamente
menores que en las tiras de papa fritas mediante fritura tradicional.
Hrycyk
sugiere: “Un alimento por sí solo no es necesariamente saludable o no
saludable, sino que depende de cómo se combine. Si solo comemos papas fritas o
las combinamos con carne, la combinación no será saludable. El aporte de salud
lo darán siempre los vegetales. Por ejemplo, se puede acompañar las papas
fritas con una ensalada, zapallo, o zanahoria, que tienen mayor contenido de
fibra que la papa. Aunque la papa es un vegetal, contiene más carbohidratos que
otros vegetales como el zapallo, la zanahoria o las verduras de hoja”.
Por
el contrario, otro reciente estudio de la Universidad Gazi, Ankara, Turquía, se
propuso comparar la formación de acrilamida en papas fritas al aire, fritas en
abundante aceite y fritas en horno. ¿Qué encontraron los investigadores? Que el
contenido más alto de acrilamida se encontró en las papas cocinadas usando la
freidora de aire, seguido por la fritura y la fritura al horno.
Sin
embargo, la diferencia entre los contenidos de acrilamida de las papas según
los métodos de cocción no fue estadísticamente significativa y coinciden en que
se debe investigar más a fondo la fritura de papas con freidora de aire.
Por
su parte, Chávez señala que “Si el objetivo es reducir la grasa y las calorías
para llevar una alimentación más saludable, siempre es mejor reemplazar las
frituras con alimentos horneados. Además, las papas horneadas ofrecen más
beneficios nutricionales como menos cantidad de grasas, menos acrilamida, un
índice glucémico más bajo que al freírlas, y al horno conserva más nutrientes”.
Sin
embargo, la experta aclara que, aunque las papas horneadas son una opción más
saludable que las fritas, se deben consumir con moderación como parte de una
alimentación saludable. “No hay que olvidar que los acompañamientos también
pueden influir en su valor nutricional”, dice.
¿Cuáles son las opciones
saludables para reemplazar las papas fritas?
Entre
las opciones saludables para reemplazar las papas fritas tradicionales, algunas
alternativas que ofrecen texturas crujientes y sabores deliciosos, pero con un
mejor perfil nutricional son: bastones de zanahoria, chips de kale o garbanzos,
tiras de calabacín o berenjena al horno, palitos de apio o pepino con hummus.
Vitelli
sugiere hacer chips de papa (corte en láminas finitas) con la mandolina, o
mismo la cáscara con pela papas, cocinarlas poner muy poquito aceite de oliva o
coco y usar freidora de aire u horno.
“Para
no abusar de la ingesta, se puede servir una cantidad más chica en un plato en
lugar de comer directamente del recipiente, para tener una noción clara de
cuánto se está consumiendo”, dice Chávez, y da otras opciones para reemplazar a
las papas fritas como palomitas de maíz caseras, chips de vegetales caseros,
frutos secos tostados, zanahoria con hummus, garbanzos tostados.
En
caso de preferencia por opciones dulces, la experta sugiere cortar manzanas en
rodajas finas, espolvorear con canela y hornear hasta que estén crujientes.
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