En España, se diagnostican
aproximadamente 40.000 nuevos casos cada año de cáncer colorrectal, lo que lo
convierte en el segundo tumor más común en hombres, tras el cáncer de próstata,
y el segundo o tercero en mujeres, dependiendo de la región geográfica.
“Es una enfermedad que puede
prevenirse en gran medida con buenos hábitos de vida y revisiones periódicas,
pero todavía necesitamos concienciar más a la población”, explica el Dr. Manuel
Sureda, especialista del Servicio de Oncología del Hospital Quirónsalud
Torrevieja (Alicante).
Síntomas iniciales y
diagnóstico del cáncer colorrectal
El cáncer colorrectal no
siempre presenta síntomas en etapas tempranas, lo que dificulta su detección.
Sin embargo, existen señales de advertencia que no deben ignorarse. Entre los
síntomas más comunes se encuentran los cambios en los hábitos intestinales,
como el estreñimiento o la diarrea persistente, la pérdida de peso sin causa
aparente, el dolor abdominal recurrente o la sensación de evacuación
incompleta. En algunos casos, puede aparecer sangre en las heces, un signo de
alarma que requiere atención médica inmediata.
El diagnóstico de este tipo de
cáncer se realiza principalmente mediante una colonoscopia, una prueba que
permite explorar el interior del intestino grueso y detectar anomalías. Una vez
confirmado el diagnóstico, se lleva a cabo un estudio de extensión para
determinar si el tumor está localizado, tiene afectación locorregional o ha
producido metástasis. Este análisis es fundamental para diseñar un tratamiento
adaptado a las características específicas de cada caso.
Los avances en los
tratamientos
En los últimos años, el
tratamiento del cáncer colorrectal ha evolucionado hacia un enfoque más personalizado.
“Ahora podemos tratar cada caso en función de las características moleculares
del tumor, lo que nos permite seleccionar las terapias más eficaces para cada
paciente”, señaló el Dr. Sureda.
Este enfoque combina los
tratamientos tradicionales, como la quimioterapia, radioterapia y cirugía, con
opciones más avanzadas, como los fármacos dirigidos y la inmunoterapia. La
cirugía sigue siendo la principal herramienta terapéutica para los tumores
localizados. Los avances tecnológicos, como los sistemas robóticos, han
revolucionado las intervenciones quirúrgicas, permitiendo una mayor precisión,
menor trauma y tiempos de recuperación más cortos.
En casos más complejos, se
utiliza radioterapia intraoperatoria, una técnica que aplica radiación
directamente en el área afectada durante la cirugía, aumentando las
posibilidades de curación. Además, la personalización farmacológica ha mejorado
notablemente el tratamiento oncológico. Ajustar las dosis de los medicamentos a
las características individuales del paciente permite maximizar su eficacia y
reducir los efectos secundarios, mejorando la calidad de vida durante el
proceso terapéutico.
El papel del apoyo emocional
Recibir un diagnóstico de
cáncer colorrectal puede generar un impacto emocional significativo. El miedo,
la incertidumbre y la ansiedad son emociones comunes que afectan tanto al
paciente como a su entorno familiar. Es esencial contar con apoyo psicológico
para gestionar estas emociones y mantener el equilibrio durante el tratamiento.
El manejo emocional adecuado
no solo mejora la calidad de vida, sino que también puede influir positivamente
en los resultados del tratamiento. Crear un entorno de apoyo integral, que
incluya a médicos, psicólogos y familiares, es clave para afrontar la
enfermedad con mayor fortaleza.
Y, aunque los avances médicos
han mejorado significativamente el diagnóstico y tratamiento, la prevención
sigue siendo la herramienta más eficaz contra el cáncer colorrectal. Según el
Dr. Sureda, “una buena alimentación, evitar el tabaco y el alcohol, mantener un
peso saludable y realizar revisiones periódicas son las claves para reducir el
riesgo de desarrollar esta enfermedad”. Llevar una dieta rica en vegetales,
fibra y alimentos integrales, junto con la detección temprana mediante pruebas
como la sangre oculta en heces o la colonoscopia, puede marcar la diferencia.
Estas medidas no solo permiten
identificar el cáncer en fases iniciales, cuando es más tratable, sino que
también ayudan a prevenirlo al detectar y eliminar pólipos precancerosos.
Aunque el cáncer colorrectal plantea retos importantes, el avance en el
diagnóstico precoz, los tratamientos personalizados y el enfoque
multidisciplinar ofrecen cada vez mejores resultados. BP
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