Donde otros ven desecho, Cristo ve historia. Donde
hay grafiti, ve grito. Donde hay silencio, ve plegaria. Entra con cuidado, no
para juzgar, sino para entender.
Cristo entra en las ruinas para decir que no hay
vida irrecuperable, ni historia olvidada que Él no pueda redimir. Las columnas
caídas y los techos rotos también cuentan algo. Y Cristo escucha.
Porque no todo lo viejo debe demolerse. Algunos
muros aún pueden sostener esperanza. RM
No hay comentarios.:
Publicar un comentario