El
cáncer ha sido durante mucho tiempo una de las enfermedades más complejas de
tratar, en constante evolución para resistir las terapias y propagarse
agresivamente. Si bien los tratamientos tradicionales como la quimioterapia y
la radiación han sido la columna vertebral de la atención del cáncer, las
nuevas investigaciones continúan ampliando los límites de lo posible. Como
resultado, las tasas de mortalidad mundial por cáncer han disminuido en un
tercio desde 1991, y con más terapias de vanguardia en el horizonte, 2025 se
perfila como otro año prometedor para los avances en oncología.
1.
Ampliar el alcance del desarrollo de medicamentos contra el cáncer
En los
últimos años, hemos visto un aumento en los tratamientos experimentales
dirigidos a moléculas que antes se creían imposibles de alcanzar. Las
mutaciones de KRAS, consideradas durante mucho tiempo intocables por los
medicamentos convencionales, han experimentado un gran avance con el desarrollo
de inhibidores como el sotorasib. Ahora se están realizando nuevos ensayos
clínicos, como el divarasib, con el objetivo de mejorar los tratamientos
actuales.
Los
GPCR (receptores acoplados a proteína G) también están ganando atención más
allá de KRAS. Estas proteínas de la superficie celular desempeñan un papel
esencial en el desarrollo del cáncer, pero más de la mitad de ellas han sido
clasificadas como difíciles de atacar. Los expertos creen que el trabajo en
curso de las empresas de biotecnología que desarrollan terapias basadas en GPCR
conducirá a un progreso significativo este año.
Otro
enfoque emergente es el uso de pegamentos moleculares: pequeñas moléculas que
unen dos proteínas para desencadenar la degradación de proteínas dirigidas. Si
bien la mayoría de las terapias de pegamento molecular aún se encuentran en las
primeras etapas de prueba, los investigadores anticipan que en 2025 se
obtendrán conocimientos más profundos sobre su potencial, sentando las bases
para futuras aplicaciones clínicas.
2. El
continuo auge de la inmunoterapia
La
inmunoterapia ha cambiado las reglas del juego en el tratamiento del cáncer y
se prevé que siga estando a la vanguardia de la investigación. Los anticuerpos
monoclonales, como Imfinzi, han demostrado ser prometedores en el tratamiento
del cáncer de pulmón de células pequeñas, y los expertos destacan su reciente
recomendación para su aprobación en la Unión Europea. Al bloquear la proteína
PD-L1 en las células cancerosas, esta terapia permite que el sistema
inmunológico reconozca y ataque mejor los tumores.
Las
inmunoterapias basadas en células T también seguirán evolucionando, y los
científicos predicen que las células inmunitarias innatas (las que regulan
naturalmente las respuestas de las células T) desempeñarán un papel más
importante en la próxima generación de tratamientos contra el cáncer. Algunos
creen que los avances en esta área podrían conducir a nuevas vacunas contra el
cáncer que mejoren las respuestas inmunitarias y amplíen la variedad de cánceres
tratables.
Si bien
el desarrollo de vacunas contra el cáncer sigue siendo un desafío debido a la
forma en que los tumores evaden el sistema inmunológico, los investigadores
están haciendo avances en la integración de estas con inhibidores de puntos de
control inmunitarios, como el pembrolizumab. Este enfoque combinado está
demostrando ser prometedor para aumentar la capacidad del cuerpo para combatir
los tumores, lo que ofrece esperanzas para estrategias de tratamiento a largo
plazo más efectivas.
3. Los
anticuerpos biespecíficos ganan terreno
Los
anticuerpos biespecíficos (medicamentos que pueden atacar dos antígenos
diferentes a la vez) se están convirtiendo en una parte cada vez más importante
de los ensayos oncológicos. La FDA aprobó recientemente varias terapias con
anticuerpos biespecíficos y los expertos predicen que esta clase de
medicamentos seguirá expandiéndose hacia nuevas áreas de tratamiento en 2025.
Los investigadores están particularmente enfocados en optimizar las estrategias
de dosificación y explorar el potencial de los biespecíficos en el tratamiento
de tumores sólidos, lo que podría convertirlos en una parte esencial de la atención
del cáncer en el futuro.
4. Células
B y tratamientos personalizados contra el cáncer
Mientras
los investigadores buscan desarrollar terapias contra el cáncer más
personalizadas, las células B están surgiendo como una vía prometedora para el
desarrollo de fármacos. Los expertos sugieren que las células B no solo generan
anticuerpos que pueden reconocer tumores, sino que también ayudan a coordinar
las respuestas inmunitarias contra ellos. Los científicos ahora están
trabajando para desarrollar tratamientos que aprovechen estas células para
atacar los tejidos cancerosos sin dañar las células sanas. Este enfoque
personalizado podría allanar el camino para opciones de tratamiento más precisas
y menos tóxicas en los próximos años.
5. Los
péptidos cíclicos y el futuro de la terapia dirigida
Otra
área de interés en la investigación del cáncer es el desarrollo de péptidos
cíclicos, una nueva clase de terapias dirigidas. Estos compuestos forman una
estructura de circuito cerrado que les permite unirse de manera más efectiva a
los receptores de las células cancerosas, lo que podría interrumpir el
crecimiento del tumor. Las compañías farmacéuticas han tomado nota y se han
firmado importantes acuerdos para acelerar el desarrollo clínico de
medicamentos a base de péptidos cíclicos. Muchos creen que estos compuestos
representan la próxima gran ola de descubrimiento de medicamentos contra el
cáncer, ofreciendo otra herramienta en la lucha contra la enfermedad.
6. Perfeccionamiento
de la terapia antiangiogénica
Durante
más de 20 años, las terapias antiangiogénicas se han utilizado para frenar el
crecimiento de los tumores cortando su suministro de sangre. Si bien estos
tratamientos han sido beneficiosos, su eficacia se ha visto limitada por los
efectos secundarios. Los investigadores ahora se centran en desarrollar
versiones mejoradas que se dirijan específicamente a las células cancerosas y
reduzcan el daño a los tejidos sanos. Los expertos creen que estos
refinamientos permitirán que los pacientes toleren mejor los medicamentos, lo
que dará lugar a duraciones más prolongadas del tratamiento y a mejores tasas
de supervivencia. Con los avances continuos, estas terapias pronto pueden
convertirse en un componente más confiable del tratamiento del cáncer.
7. Los
conjugados anticuerpo-fármaco (ADC) avanzan más
Los ADC
han ganado atención como una herramienta prometedora en el tratamiento del
cáncer, ya que administran medicamentos potentes directamente a las células
cancerosas sin afectar al tejido sano. Actualmente hay más de 100 candidatos a
ADC que se están evaluando en ensayos clínicos, con mejoras continuas en la
potencia del fármaco y los mecanismos de focalización. Los investigadores creen
que estas terapias pronto se convertirán en una alternativa más utilizada a la
quimioterapia tradicional, ofreciendo opciones efectivas y menos tóxicas para
los pacientes. Con más mejoras, se espera que los ADC desempeñen un papel aún
más importante en el tratamiento personalizado del cáncer.
8.
Entender el vínculo entre la diabetes y el cáncer
Ciertos
tipos de cáncer, como el de páncreas, cerebro y estómago, han recibido
históricamente menos financiación para investigación que cánceres más comunes,
como el de mama y pulmón. Sin embargo, esta tendencia está cambiando. Se están
destinando más recursos a la búsqueda de nuevos tratamientos, lo que conduce a
avances prometedores. En 2025, se espera que aumente la disponibilidad de
terapias genéticas para la anemia de células falciformes, y los investigadores
están haciendo avances en la terapia con células T CAR para tumores cerebrales
agresivos. Estos avances ofrecen esperanza a los pacientes con enfermedades que
han sido difíciles de tratar durante mucho tiempo.
9. Entender
el vínculo entre la diabetes y el cáncer
Estudios
recientes sugieren que los trastornos metabólicos como la diabetes pueden estar
estrechamente relacionados con el desarrollo del cáncer. Los investigadores
están investigando cómo un mejor control del azúcar en sangre podría reducir el
riesgo de ciertos tipos de cáncer. Algunos expertos creen que los medicamentos
para la diabetes, como los agonistas del receptor GLP-1, también podrían
desempeñar un papel en la prevención del cáncer. La investigación en curso
tiene como objetivo determinar si la mejora de la salud metabólica puede
reducir los riesgos de cáncer y mejorar los resultados de los pacientes. Estos
hallazgos podrían abrir nuevas puertas para estrategias de prevención y
tratamientos más específicos.
10.
Descifrando la conexión entre el microbioma y el cáncer
Los
billones de microbios del cuerpo humano desempeñan un papel crucial en la salud
general, incluida la progresión del cáncer y la respuesta al tratamiento. Los
científicos ahora están estudiando cómo las bacterias intestinales influyen en
la eficacia de las terapias contra el cáncer. Las primeras investigaciones
sugieren que la composición del microbioma y la ingesta de fibra pueden afectar
el éxito de las inmunoterapias y los trasplantes de células madre. Para
comprender mejor estas conexiones, los investigadores están construyendo
grandes biorepositorios para analizar muestras del microbioma. El objetivo es
desarrollar tratamientos más personalizados que tengan en cuenta la salud
intestinal, lo que podría mejorar los resultados de los pacientes.
11. Nuevas
estrategias para la detección temprana del cáncer
Los
diagnósticos de cáncer en adultos jóvenes han aumentado, por lo que la
detección temprana es más importante que nunca. Los avances en la tecnología de
biopsia líquida ofrecen nuevas formas de identificar el cáncer en sus etapas
más tempranas. Estas pruebas pueden detectar material genético relacionado con
el cáncer en muestras de sangre, lo que potencialmente conduce a diagnósticos
más rápidos y mejores resultados del tratamiento. Los expertos creen que la
adopción generalizada de estos métodos de detección podría ser un cambio
radical en la detección de cánceres antes de que progresen a etapas más
avanzadas. JQR
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