El último trimestre es, para
muchos, un momento de balance y autoevaluación. Sin embargo, ese ejercicio
puede transformarse en una fuente de estrés cuando se combina con la exigencia
de rendir al máximo. Las metas no alcanzadas o los desafíos pendientes suelen
dar paso a la frustración y a la autocrítica, generando un estado de tensión
que impacta en el bienestar emocional y físico.
“La fatiga mental y física es
una señal de alarma que no debe minimizarse. Aparecen síntomas como
irritabilidad, pérdida de energía, insomnio, dolores musculares, dificultades
digestivas y falta de concentración. También se observa desmotivación y una
sensación de agotamiento que impide disfrutar de los logros obtenidos”, explicó
la Lic. Liliana Acuña, Psicóloga de Boreal Salud, empresa argentina con 25 años
de trayectoria en el mercado de la salud que brinda cobertura médica a más de
260.000 asociados en las Zonas Centro, Cuyo, Noroeste y Litoral.
La especialista señala que la
combinación de demandas laborales, compromisos sociales y pensamientos
autocríticos puede derivar en un desgaste progresivo. “Cuando la persona se
exige sin pausas ni descanso, se afecta el equilibrio emocional. El cuerpo
comienza a manifestar lo que la mente no logra procesar”, agregó.
Para preservar el bienestar
emocional en el cierre del año y prevenir cuadros de agotamiento o burnout, los
especialistas recomiendan implementar pequeñas acciones cotidianas que ayuden a
recuperar el equilibrio entre las exigencias laborales y la vida personal. No
se trata solo de ‘bajar el ritmo’, sino de incorporar hábitos que fortalezcan
la salud mental y permitan gestionar mejor el estrés acumulado. Entre las
principales estrategias sugeridas por los profesionales se destacan:
1. Incorporar prácticas de
relajación o respiración consciente.
2. Organizar prioridades y
distribuir mejor las tareas.
3. Reservar momentos diarios
para actividades placenteras.
4. Poner límites saludables a
los compromisos y demandas.
5. Fomentar vínculos positivos
y redes de contención.
6. Reemplazar pensamientos
rígidos o negativos por otros más realistas.
7. Pedir ayuda o
acompañamiento cuando sea necesario.
8. Mantener rutinas saludables
de descanso, ejercicio y alimentación.
9. Dormir las horas necesarias
para recuperar energía.
10. Cultivar la amabilidad
hacia uno mismo y reducir la autoexigencia.
Cuidar la salud mental en el
cierre del año no solo mejora el bienestar personal, sino que también permite
afrontar los desafíos con mayor claridad y energía. Reconocer los límites y
buscar equilibrio entre las obligaciones y el descanso es clave para evitar que
el cansancio emocional se transforme en agotamiento crónico.
“La psicoterapia ofrece
recursos concretos para aprender a gestionar el estrés, fortalecer la
autoestima y recuperar la motivación. Trabajar con un profesional ayuda a
establecer objetivos más realistas, ordenar las prioridades y desarrollar
estrategias de afrontamiento saludables”, concluyeron desde Boreal Salud. BP
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