Un
estudio reciente publicado en Nature Microbiology sugiere que un compuesto
químico presente en los brotes de brócoli podría ayudar a las personas con
prediabetes a controlar sus niveles de azúcar en sangre de forma más eficaz.
Este hallazgo se suma a un creciente número de investigaciones que exploran intervenciones
naturales para el control de la glucemia antes de que se desarrolle la
diabetes.
Entendiendo
la prediabetes
La
prediabetes es una afección que se caracteriza por niveles de azúcar en sangre
superiores a lo normal, pero aún no lo suficientemente altos como para ser
diagnosticados como diabetes tipo 2. Afecta aproximadamente al 5-10% de los
adultos en todo el mundo, aunque muchos desconocen su condición.
Los
factores de riesgo incluyen tener familiares con diabetes tipo 2, seguir una
dieta poco saludable, actividad física limitada y un índice de masa corporal
(IMC) elevado. La intervención temprana es importante, ya que la prediabetes a
menudo puede revertirse mediante cambios en el estilo de vida.
El
potencial del sulforafano
Investigadores
de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) realizaron un estudio con 89
participantes con niveles elevados de glucosa en sangre en ayunas, un indicador
clave de prediabetes. Todos los participantes tenían entre 35 y 75 años y presentaban
sobrepeso u obesidad.
El ensayo,
de 12 semanas de duración, asignó aleatoriamente a los participantes a recibir
sulforafano (un compuesto abundante en los brotes de brócoli) o un placebo. Ni
los investigadores ni los participantes sabían quién recibía cada tratamiento,
lo que lo convirtió en un estudio doble ciego. Al final, 74 participantes
completaron todas las fases de la investigación.
Los
resultados mostraron que las personas que tomaron sulforafano experimentaron
mayores reducciones en la glucosa en sangre en ayunas en comparación con
quienes recibieron placebo. En promedio, el grupo de sulforafano presentó
niveles de glucosa en sangre 0,2 milimoles por litro más bajos que el grupo
placebo.
¿Quién
se beneficia más?
Curiosamente,
el estudio reveló que ciertas personas respondieron mejor al tratamiento con
sulforafano. Las mejoras más sustanciales se observaron en personas con:
-
Signos tempranos de diabetes leve relacionada con la edad
- IMC
más bajo (en el contexto del estudio)
- Baja
resistencia a la insulina
-
Enfermedad del hígado graso leve
- Menor
secreción de insulina
En este
subgrupo específico, la diferencia aumentó a 0,4 milimoles por litro en
comparación con quienes recibieron placebo.
La
conexión con el microbioma intestinal
El
equipo de investigación también investigó cómo las bacterias intestinales
podrían influir en la eficacia del sulforafano. Descubrieron que ciertas
bacterias parecen interactuar con el sulforafano, lo que podría aumentar su eficacia
para reducir la glucemia.
Los
resultados más drásticos (una reducción de 0,7 milimoles por litro) se
observaron en los participantes que pertenecían al subgrupo de respuesta
mencionado anteriormente y que también presentaban bacterias intestinales
específicas.
El
investigador principal, el Dr. Anders Rosengren, explicó que el sulforafano
actúa inhibiendo el aumento de la producción de glucosa en el hígado, un
problema común en las primeras etapas de la diabetes. Al reducir este exceso de
producción, se pueden mantener niveles saludables de glucemia en ayunas.
¿Puede
el sulforafano reemplazar los cambios en el estilo de vida?
Si bien
estos hallazgos son prometedores, obtener cantidades terapéuticas de
sulforafano solo a través de la dieta sería un desafío. Según Rosengren, se necesitarían
consumir varios kilogramos de brócoli al día para alcanzar las dosis utilizadas
en el estudio.
En
cambio, los extractos concentrados de brotes de brócoli podrían ofrecer una
solución más práctica. Sin embargo, advierte que el contenido de sulforafano
varía considerablemente entre los productos comerciales, por lo que los
consumidores deben ser selectivos al elegir los suplementos.
Dietistas
expertos han señalado que el sulforafano ya es bien conocido por sus
propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y anticancerígenas. Afirman que,
si bien la investigación actual muestra potencial, el mayor beneficio se
observó en personas que ya presentaban baja resistencia a la insulina y una
microbiota intestinal sana.
La
prediabetes suele ser prevenible y reversible, por lo que las intervenciones en
el estilo de vida son particularmente importantes. Un microbioma intestinal
desequilibrado puede contribuir a niveles elevados de azúcar en sangre y
resistencia a la insulina, lo que sugiere que abordar la salud intestinal
debería ser una prioridad.
El
estudio ayudó a establecer una conexión entre la salud del microbioma
intestinal y un control eficaz de la glucosa en sangre. Las personas con
bacterias intestinales más sanas parecían tener mayor probabilidad de beneficiarse
del extracto de brotes de brócoli.
Recomendaciones
para el manejo de la prediabetes
Los
expertos en nutrición suelen hablar sobre la importancia de mantener un
microbioma intestinal sano a través de la dieta:
-
Reducir el consumo de alimentos ultraprocesados, carbohidratos refinados y
alimentos ricos en grasas saturadas.
-
Consumir más fibra prebiótica y alimentos en su forma natural.
-
Incluir alimentos fermentados como yogur, kombucha, kimchi y verduras encurtidas.
-
Consumir una amplia variedad de frutas, verduras y cereales integrales para aportar
fibra soluble e insoluble.
Los
expertos recomiendan centrarse en estos enfoques dietéticos antes de considerar
la suplementación con sulforafano. Sugieren que mejorar la salud intestinal
general podría hacer que cualquier intervención, ya sea con medicamentos o
suplementos, sea más eficaz para el control de la glucosa en sangre.
Mirando
hacia el futuro
Esta
investigación abre la posibilidad de enfoques más específicos para el manejo de
la prediabetes. Como señaló Rosengren, los hallazgos apuntan a posibles
opciones de ‘tratamiento de precisión’ que podrían adaptarse a las personas con
mayor probabilidad de beneficiarse.
Si bien
las modificaciones en el estilo de vida siguen siendo la piedra angular del
manejo de la prediabetes, este estudio amplía nuestra comprensión de cómo
compuestos vegetales específicos podrían funcionar en conjunto con estos
esfuerzos, especialmente en personas con ciertos perfiles metabólicos y microbiológicos.
A
medida que avanza la investigación, la relación entre los compuestos vegetales,
las bacterias intestinales y la salud metabólica podría conducir a enfoques más
personalizados para prevenir la progresión de la diabetes en personas en
riesgo. JQR
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