Pero sin acción, es como una vela sin mecha: no prende.
Cristo oraba… pero también tocaba, lloraba,
curaba, defendía, cargaba, se ensuciaba.
Si rezas pero no te acercas al que sufre, si crees pero no te
comprometes, te falta el Evangelio de los pies
descalzos, no solo el de las manos juntas.
Fe sin obras, ya lo dijo Santiago, está muerta.
Y una ciudad herida no se sana solo con rezos.
Se sana con presencia, justicia y ternura encarnada. NEH
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