Esta
conexión, este lazo invisible o visible, es fuerte en la naturaleza, como lo es
el flujo fecundo de la sabia dentro del árbol; los ríos y canales subterráneos
y profundos; la complejidad interior de los ecosistemas. Lo material es imagen
de lo espiritual, como esta conexión y este flujo interior que muchas veces no
vemos, pero que sí podemos sentir en nuestro propio interior. También en
lo espiritual hay una linfa, una sabia, un plasma que fluye por la conexión,
comunicación, unión, comunión en el cuerpo místico de Cristo, entre la cabeza y
los miembros, como entre la raíz y las ramas del árbol que florecen y
fructifican, está el tronco fuerte.
El
flujo en esta conexión, en esta red, en esa común unión, es el Espíritu de Vida
plena en el amor que Jesucristo respira con el Padre Dios, como Hijo Amado. Y
por la encarnación, muerte y resurrección del Hijo, estamos llamados a
entrar vos y yo en este flujo de Vida plena.
Ahora
con wifi y las redes inalámbricas y virtuales, el flujo material también es
invisible, pero se necesita una clave para la conexión. Sin la clave, sin la
pasword tampoco hay conexión. ¿Estoy conectado a la red espiritual por la
que fluye el Espíritu de Vida plena en el amor, la luz y la fuerza del Espíritu
del Padre y del Hijo?, ¿Cómo resuelvo los bloqueos, las interferencias que
aparecen en la parte mía de conexión a la red?
Para
entrar en unión y comunión en la súper red que es el Cuerpo de Cristo, la
comunidad parroquial, la Iglesia, la clave, la pasword, es para el católico la
Palabra de Dios, el Evangelio de Jesús y la Sucesión Apostólica que hace
posible la continuidad y la eficacia de los Sacramentos; el flujo del poder
sanador y vivificante del Amor de Dios en estos ‘misterios’ o sacramentos. GO
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