Dionisio, Santo
XXV Papa, 26 de
Diciembre
Martirologio Romano: En
Roma, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, san Dionisio, papa, el cual,
después de la persecución bajo el emperador Valeriano, consoló con piadosas
cartas y con su presencia a los hermanos y a los afligidos, con dinero redimió
de los sufrimientos a los cautivos, y enseñó a los ignorantes los principios de
la fe, brillando en toda virtud. († 268)
Nació Dionisio en
Gracia, en el año 200, aunque no falta quien le haga calabrés, africano o
persa. Aunque no se sabe nada de su infancia y juventud, el libro “Flores del
Carmelo” dice que “presto olvidó a sus padres (…) porque como otro Melquisedec,
sin respetos de carne y sangre subiese todo espiritual al supremo sacerdocio”.
Es decir, que le hacen de ascendencia noble. Desde joven fue pío, sabio y
pronto tomó el hábito monástico junto al río Jordán. Ya os imagináis que
cada día aumentaba en santidad, sabiduría, emulando a los monjes más ancianos.
Era amante de la soledad, las vigilias, la oración y la penitencia. A los años,
acrecentado en virtudes, llegó a ser superior del monasterio del Monte Carmelo,
siendo ejemplo eligiendo los oficios más humildes y tratando a todos con
rectitud y caridad.
A edad madura, bajo
el imperio de Decio, y en medio de la persecución de este, se fue a Roma, donde
se alojó en una cueva para continuar su estilo carmelitano de vida. Se hizo tan
famoso por su piedad, sabiduría, caridad y predicación, que en el 259, al ser
martirizado San Sixto II (7 de agosto), fue elegido sucesor de este.
Su primera acción
pública fue consagrar la cueva donde vivía como iglesia, bajo el título “Santa
María Scala Greca”. Allí celebraba los oficios, animaba a los cristianos a ser
fieles, administraba justicia y caridad. Allí bautizó a 46 soldados, mártires
después. En esta época se sitúa el martirio de Santa Cirila, hija de Decio,
discípula de Santa Eugenia (25 de diciembre) a quien Dionisio dio el velo.
En estos años surgió
la herejía de Sabelio, que negaba la Trinidad. Fue rebatido por el obispo San
Dionisio de Alejandría (8 de abril). Con tanta minuciosidad explicó el santo el
dogma trinitario, la naturaleza de las Personas Divinas y la esencia del
misterio, que otros obispos le denunciaron ante el papa San Dionisio por excederse
en conjeturas que ponían en peligro la fe. En el 263 convocó San Dionisio un
concilio en Roma, para condenar la herejía de Sabelio y examinar la doctrina
del Dionisio alejandrino. Finalmente, este fue librado de toda sospecha, aunque
templado su fervor al escribir.
En el 266 enfrentó
la herejía del patriarca de Antioquia, Pablo de Samosata, que igualmente erraba
al tratar de la Trinidad, negando la Divinidad a Cristo. Convocó Dionisio un
concilio en Antioquia, aunque no fue personalmente. Se condenó la doctrina del
hereje y por su promesa de enmienda no se le depuso de su sede. Años más tarde
volvería a recaer en ella y finalmente fue depuesto en 272, en un nuevo
concilio.
Pero volvamos a N.
P. San Dionisio: Escribió el santo varias cartas y decretos. Se le atribuye el
mandato por el cual los eclesiásticos se abstuvieran de testificar en juicios.
Renovó la división en sectores de la iglesia romana, que habían hecho sus
predecesores. También se dice que reordenó las sedes episcopales españolas.
Dionisio fue Papa nueve años, y murió de 72 años el 26 de diciembre de 268,
reinando Claudio.
Hay discordancias
sobre su muerte y entierro. La Depositio Episcoporum, pone su enterramiento el
27 de diciembre en las catacumbas de Calixto, pero el Martirologio Pseudo-jeronimiano
dice que fue enterrado en las catacumbas de Priscila. Su cuerpo fue trasladado
a San Silvestre “in capite”. El Catálogo Liberiano le pone como mártir, y así
se ha tenido durante mucho tiempo, pero salvo Decio, los emperadores
siguientes, Valeiano y Claudio, no persiguieron cristianos.
La Iglesia concedió
a la Orden Carmelita trasladar su oficio del 26 de diciembre, por los días de
Navidad, al 19 de enero, día en que lo celebraba hasta la reforma del
calendario.
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