La OMS ha anunciado que mantiene la emergencia
internacional por la Covid-19, declarada desde el 30 de enero de 2020, y
advierte que la endemia no es la solución para la covid-19. Por otra parte, la
EMA respalda la cuarta dosis para inmunodeprimidos.
El Comité de Emergencia de la OMS, reunido durante
más de 4 horas el pasado 14 de enero, aconsejó mantener la emergencia
internacional al director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus,
quien aprobó esta propuesta, indicó un comunicado emitido el martes 18/1.
Presidido por el Dr. Didier Houssin, el comité, que se reúne
aproximadamente cada 3 meses para analizar la evolución de la pandemia, estimó
que el riesgo global asociado a ésta sigue siendo alto, debido en parte al auge
de nuevas variantes del coronavirus SARS-CoV-2, como la ómicron, ya dominante
en el planeta.
Entre las recomendaciones emitidas por el comité en su sexta reunión,
destaca su solicitud de que la OMS acelere la investigación sobre la eficacia
de las vacunas y la duración de la inmunidad que proporcionan.
También, en el nivel de emergencia internacional, la OMS sugiere que las
limitaciones a los viajes internacionales se dicten de forma limitada y basada
en los datos, después de que el pasado noviembre la alerta por la variante
Ómicron afectara nuevamente el tráfico aéreo global y no impidiera la transmisión
de esta nueva cepa del coronavirus.
Ante el desigual reparto de vacunas que persiste a nivel global y las
dudas sobre la eficacia de éstas a la hora de frenar la transmisión, el comité
insiste en que los gobiernos no deben exigir prueba de vacunación a los
viajeros internacionales.
Los expertos de la OMS consideran que, pese a que las vacunas han
perdido eficacia a la hora de evitar el contagio y transmisión del coronavirus,
siguen siendo eficientes a la hora de evitar formas graves de la enfermedad,
incluyendo casos mortales.
De
pandemia a endemia
La transformación de la pandemia en una endemia no será necesariamente
una buena noticia ni significará ver la luz al final del túnel, opinó un alto
responsable de la OMS, que recordó que el objetivo es «que nadie tenga que
morir» de COVID-19.
«La gente habla de pandemia versus endemia, pero la malaria es endémica,
igual que el VIH, y matan cientos de miles de personas, así que endémico no es
algo bueno, solo significa que está aquí para siempre. A lo que tenemos que
llegar es a niveles bajos de incidencia de la enfermedad, con un máximo de
gente vacunada y que nadie tenga que morir de esto (Covid-19)», dijo el
director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan.
«Ese será el fin de la emergencia sanitaria, el fin de la pandemia»,
explicó en una charla con otros expertos del sector farmacéutico y de la
sociedad civil en el marco de la Agenda de Davos, un evento virtual organizado
por el Foro Económico Mundial.
EMA
no ve de momento la cuarta dosis para población general
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) consideró el martes 18/1
«razonable» empezar a considerar la administración de una cuarta dosis de
vacunas contra la COVID-19 en personas con un sistema inmunitario deprimido,
pero advirtió de que no hay datos sobre su necesidad en la población general
sana.
En una rueda de prensa, Marco Cavaleri, jefe de Estrategia de
Vacunación, aseguró que los reguladores de medicamentos en diferentes regiones,
incluida la EMA, «están de acuerdo en que la administración de múltiples dosis
de refuerzo con intervalos cortos en el tiempo no sería una solución sostenible
a largo plazo».
«La administración repetida de refuerzos con varios intervalos de tiempo
cortos podría reducir el nivel de anticuerpos que se pueden producir en cada
administración, ya que nuestro sistema inmunológico necesita una cierta
cantidad de tiempo para mostrar la respuesta al antígeno que se le presenta.
Esto, potencialmente, hará que la vacunación sea un poco menos eficiente con el
tiempo», detalló.
Cavaleri no incluye aquí la tercera dosis, que es el primer refuerzo
-que sigue a la vacunación primaria- y ya se está inyectando a toda la
población europea con aval de la EMA, sino a potenciales futuras dosis,
incluida la cuarta, de la que «no hay evidencias de estudios clínicos o la vida
real sobre su necesidad o valor» en la población general.
Sin embargo, en la población con un sistema inmune gravemente deprimido
y, «aunque todavía no hay datos disponibles, sería razonable que las
autoridades de salud pública empezaran a considerar la administración de una
cuarta dosis desde ya» para incrementar la protección.
Por otro lado, la EMA destacó el martes 18/1 la gran evidencia de que
las vacunas de ARNm, Pfizer y Moderna, “no causan complicaciones” durante el
embarazo, ni a las propias mujeres ni a sus bebés, y alertó sobre el riesgo de
desarrollar COVID-19 grave si se produce un contagio durante la gestación. BP
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