Visitar
al médico para despejar dudas sobre alguna molestia o conocer el estado de
salud significa un gran alivio para muchos. Sin embargo, en otras personas
puede desencadenar pánico absoluto que impide o dificulta que realicen sus
chequeos correspondientes. Esta situación se conoce como iatrofobia o miedo a
los médicos o visitas médicas.
¿Qué es la iatrofobia?
La
iatrofobia se puede describir como el pánico a los médicos, personal de salud o
visitas médicas, aunque también se suele usar para señalar el miedo relacionado
a cualquier persona, objeto o símbolo vinculado a la salud. Debido a que estar
nervioso antes de visitar al médico es normal, suele ser difícil reconocer
cuando se está frente a un caso de iatrofobia. Solo un profesional de la salud
mental puede determinarlo, sin embargo, los expertos advierten que ciertos
síntomas pueden indicar que no se trata de un caso de ansiedad o temor normal
hacia el médico:
·
Gran preocupación sobre la
visita al médico al punto tal que dificulta o imposibilita hacer o concentrarse
en otras cosas.
·
Pérdida de control de las
emociones (especialmente al encontrarse en el consultorio) que lleva a sudar,
temblar, llorar o negarse a entrar.
·
Posponer controles médicos,
aplicación de vacunas u otros cuidados de rutina.
Otro
aspecto que los expertos destacan es que, a diferencia de otras fobias, la
iatrofobia, por su naturaleza, es la más difícil de tratar.
No
visitar regularmente al médico, a la larga, puede provocar diferentes problemas
de salud que eventualmente requerirán de procedimientos médicos complejos, que
en principio habrían sido fáciles de tratar.
¿Cómo tratar la iatrofobia?
Debido
a que los médicos o visitas a los consultorios desencadenan los episodios de
iatrofobia, los expertos recomiendan recurrir a diferentes opciones para poder
tratar y evitar futuras complicaciones:
·
Optar por servicios médico a
través del teléfono o Internet, con el objetivo de limitar la exposición.
·
Buscar médicos o proveedores
de salud que ofrezcan servicios en entornos y de forma discreta.
También
se aconseja recurrir a profesionales, como psicólogos o terapeutas, para que
ayuden a comprender la fobia y encuentren las mejores estrategias para
enfrentarla. La evidencia científica muestra que recurrir a terapias, como la
cognitivo-conductual, es muy efectivo para aprender a controlar las fobias. En
estos tratamientos se emplean técnicas de respiración, relajación, y exposición
controlada al desencadenante de los miedos.
Otra
opción que ha cobrado gran relevancia en los últimos años es el mindfulness o
conciencia plena, que consiste en estar atento en todo momento a los
sentimientos, pensamientos, sensaciones corporales y el entorno. Es una técnica
muy utilizada como complemento de la psicoterapia, con el objetivo de reducir
la ansiedad y el estrés.
Si
bien encontrar un tratamiento para la iatrofobia no es fácil, los expertos
alientan a los pacientes a dar el primer paso en la búsqueda de profesionales
que puedan ayudarlos a tratar esta afección. Algo que puede resultar de gran
ayuda es contar con el apoyo de alguien de confianza (familiar, amigo o
compañero) que sirva de compañía durante las primeras fases de este proceso.
¿Qué son las fobias?
La fobia es
un tipo de trastorno de ansiedad que se caracteriza por un temor fuerte e
irracional hacia alguna situación, objeto o animal que no representa un peligro
real. Normalmente se desarrollan durante la niñez o la adolescencia y continúan
durante toda la vida. Se estima que el 10% de la población mundial tiene una
fobia.
Existen
diferentes tipos, algunas son más comunes, como la claustrofobia (miedo a los
espacios limitados o reducidos), agorafobia (miedo a las aglomeraciones en
espacios abiertos), acrofobia (miedo a las alturas), o aerofobia (miedo a
volar). Otras, sin embargo, son menos comunes, como la caliginefobia (miedo a
las mujeres hermosas), crematofobia (miedo al dinero) o dendrofobia (miedo a
los árboles).
Las
fobias pueden identificarse cuando una persona intenta evitar por cualquier
medio aquello que le genera miedo. De no ser posible, puede sufrir:
·
Ansiedad.
·
Falta de aire.
·
Llanto.
·
Necesidad de huir.
·
Pánico.
·
Sudoración excesiva.
·
Taquicardia (latidos
acelerados del corazón).
·
Temblores.
Los
profesionales estiman que las fobias son la enfermedad de salud mental más
común entre las mujeres, sin importar la edad.
Que
una persona sea consciente de su fobia resulta de gran ayuda para desarrollar
un diagnóstico, ya que cada tratamiento debe adaptarse al paciente. En primer
lugar, se recomienda consultar a un psicólogo o psiquiatra, aunque muchas
personas encuentran que simplemente evitar la fuente de su miedo les ayuda a
mantener el control.
Los
profesionales también pueden recetar medicamentos, como betabloqueantes,
tranquilizantes o antidepresivos con el objetivo de reducir los síntomas de
ansiedad que provocan las fobias. También se puede recurrir a terapias
conductuales o técnicas de relajación y respiración, para aprender a controlar
los episodios de pánico. TV
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