Aproximadamente 2 de cada 10 personas mayores de 65 años tienen un
deterioro cognitivo leve, como un cambio notable en la memoria, la capacidad de
resolver problemas o la atención. Este deterioro es causado, en parte, por los
mismos cambios cerebrales que ocurren en la demencia.
Si bien el deterioro cognitivo leve a menudo tiene poco efecto en
la forma de vida de una persona, entre el 5% y el 10% de quienes lo padecen
desarrollarán demencia. Por qué algunas personas con deterioro cognitivo leve
desarrollan demencia y otras no ha sido un misterio desde hace mucho tiempo. Pero
un estudio reciente
de la Universidad de Columbia en Nueva York identificó varios
factores que determinan si una persona tiene más o menos probabilidades de
desarrollar un deterioro cognitivo leve.
Estos hallazgos podría darnos una pista sobre quiénes tienen más
probabilidades de desarrollar demencia. Los investigadores observaron a 2.903
personas de 65 años o más y rastrearon su función cerebral durante nueve años.
Para detectar el deterioro cognitivo se observó si los
participantes no diagnosticados con demencia tenían problemas con un ejercicio
de memoria o si habían relatado tener dificultades con ciertas tareas diarias
(como usar el teléfono). Al comienzo del estudio, todos los participantes
tenían una función cerebral normal. Luego de seis años, 1.805 participantes
tenían una función cognitiva normal, 752 tenían un deterioro cognitivo leve y
301 tenían demencia. Los investigadores hicieron luego un seguimiento del grupo
con deterioro cognitivo durante otros tres años.
Como
algunos participantes ‘se perdieron durante el seguimiento’, los investigadores
solo pudieron observar a 480 personas del grupo original de deterioro cognitivo
leve. Si bien 142 todavía tenían un deterioro cognitivo leve, encontraron que
62 personas de este grupo ahora tenían demencia.
Los
investigadores también encontraron que 276 personas ya no cumplían con los
criterios de deterioro cognitivo leve, lo que nos muestra que el deterioro cognitivo leve no siempre
conduce a la demencia y no es necesariamente permanente.
Veamos
primero los factores relacionados con un menor riesgo de desarrollar un
deterioro cognitivo leve.
Menor riesgo
1. Educación
El
tiempo dedicado a la educación es un factor que reduce el riesgo de sufrir un
deterioro cognitivo leve. Las personas que habían estudiado en promedio durante
11,5 años tenían un 5% menos de probabilidades de desarrollar un deterioro
cognitivo leve en que aquellas que lo habían hecho durante 10 años. El estudio no diferencia entre el tipo de educación (escuela
primaria o educación superior). Una teoría para este vínculo es que un tiempo
más prolongado en la educación está relacionado con un nivel socioeconómico más
alto, lo que puede significar que una persona tiene acceso
a un estilo de vida más saludable y mejor atención médica. Otra
teoría es que la educación ayuda al cerebro a construir más
neuronas y conexiones. Esto puede ayudar al cerebro a compensar
cualquier cambio que ocurra por un deterioro cognitivo leve, como la pérdida de
memoria.
2. Ejercicio
y actividades de ocio
Las personas que eran más activas física o socialmente tenían un
riesgo ligeramente menor de desarrollar un deterioro cognitivo leve. Para medir
qué tan sociales o activos eran los participantes, estos completaron un cuestionario
sobre el tipo y frecuencia de actividades que realizaban, como caminar o ir al
cine. Los investigadores dieron a los participantes una puntuación máxima de
13. Cuanto mayor era la puntuación, más activo era el participante. Aquellos
que no tenían un deterioro cognitivo leve obtuvieron un promedio de 7,5,
mientras que aquellos con un deterioro cognitivo leve registraron un puntaje
ligeramente más bajo, 7,4. Las personas con demencia obtuvieron una puntuación
de 5,8.
Estudios anteriores
también han demostrado que la
actividad física de intensidad moderada (como nadar) durante la
mediana edad o la vejez puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo leve.
El efecto protector del ejercicio podría explicarse por cambios
estructurales beneficiosos que ocurren
en nuestro cerebro como resultado de la actividad física. Hay evidencia
creciente también de que participar en actividades sociales puede ayudar a
mantener la salud del cerebro y reducir el riesgo de muerte prematura.
3. Ingreso
Las
personas con un ingreso superior a US$36.000 al año tenían un 20% menos de
probabilidad de desarrollar deterioro cognitivo leve en comparación con las que
ganaban menos de US$9.000 al año. El ingreso probablemente está relacionado con
un menor riesgo de deterioro cognitivo por razones similares a la educación.
Las personas con ingresos más altos tienen más probabilidades de pagar una mejor atención médica y de tener una
dieta y estilo de vida más saludables. También pueden vivir en áreas
donde los factores ambientales, como la contaminación, tienen menos efecto
sobre ellos. Esto es importante, ya que hay cada vez más evidencia de
que la contaminación puede estar relacionada con afecciones como Alzhéimer
y Párkinson.
Mayor riesgo
Los
investigadores de la Universidad de Columbia también identificaron varios
factores asociados con un mayor riesgo de desarrollar deterioro cognitivo leve.
Estos
factores incluyen:
1. Genética
Se
encontró que la presencia del alelo
AP0E E4 (una de dos o más versiones de un gen) aumenta el riesgo de
desarrollar deterioro cognitivo leve en un 18%. Este hallazgo concuerda con
evidencia anterior que también muestra que este alelo puede aumentar el riesgo
de demencia. Las personas con AP0E E4 tienen alrededor de tres veces más
probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer que aquellas con una
variante diferente del gen AP0E. La razón, creen los científicos, es que esta
variante hace que las personas sean
más propensas a acumular depósitos de proteínas tóxicas en el cerebro,
una característica de la enfermedad de Alzheimer. Los investigadores también
creen que este gen solo causa daño en la vejez.
2. Problemas de salud
subyacentes
Las
personas con una o más afecciones de salud crónicas, como enfermedades
cardíacas, depresión o diabetes, tienen un riesgo 9% mayor de desarrollar un
deterioro cognitivo leve, según los investigadores de la Universidad de
Columbia. La mayor carga de varias afecciones de salud podría llevar a una
persona a involucrarse menos en sus actividades diarias habituales o en su vida
social. Ambos cambios en el comportamiento pueden acelerar el deterioro de la
salud del cerebro. También se sabe que otras afecciones, como las enfermedades
cardíacas, aumentan el riesgo de deterioro cognitivo.
“Nuestros cerebros son dinámicos”
Este
estudio nos recuerda que el
deterioro cognitivo leve no es necesariamente un preludio de la demencia.
De hecho, algunos participantes del estudio con un deterioro cognitivo leve
volvieron a tener una función cerebral normal. No
es del todo seguro por qué, pero podría deberse a cambios en el estilo de vida
después del diagnóstico (como hacer más ejercicio) que
pueden haber mejorado los resultados. También podría ser que algunos
participantes hayan sido diagnosticados erróneamente al comienzo del estudio,
pero esto es poco probable dada la amplia gama de herramientas utilizadas para
confirmar sus diagnósticos. Nuestros cerebros son dinámicos y
mantenerlos activos a lo largo de nuestra vida es importante para mantener una
buena función cerebral. Si bien existen algunos factores de riesgo, como
nuestros genes, que no podemos cambiar, mantenernos
activos y llevar un estilo de vida saludable puede ser una
forma de reducir nuestro riesgo de deterioro cognitivo leve y de demencia. MD
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