En el podio
de los alimentos que causan pasiones, el queso sin duda ocupa un lugar, aunque
durante mucho tiempo se cuestionó su salubridad. Conoce aquí qué dicen los
expertos y cuáles son las mejores opciones para incorporar en la dieta.
El queso es
un alimento que se obtiene por maduración de la cuajada de la leche (un
producto de contextura cremosa) una vez que se elimina el suero. La leche para
obtenerlo puede ser de vaca, cabra, oveja, e incluso de camella o búfalo, entre
otros mamíferos. Aunque su origen aún es muy discutido, los expertos estiman
que data entre el 8.000 a. C. (con la domesticación de la oveja) y el 3.000 a.
C.
El queso no
solo se destaca por su delicioso sabor y por ser un gran acompañante para todo
tipo de platillos. También es rico en vitaminas A, B, C, D, E, y K, minerales
como calcio, fósforo, hierro, potasio y zinc, y sustancias como tiamina,
niacina y riboflavina.
Beneficios del queso
Por su
composición nutritiva, diferentes investigaciones han vinculado el consumo de
queso con beneficios para la salud. Entre ellos se encuentra: mejor salud
cardíaca, intestinal y bucal, prevención contra el cáncer, aceleración del
metabolismo, control o pérdida del peso y fortalecimiento de los huesos. Las
siguientes son las mejores opciones para disfrutar de estos beneficios:
Requesón
Por su
contenido de antioxidantes y aminoácidos esenciales, diferentes estudios han
vinculado la incorporación del requesón o ricota en una dieta saludable, con una
estimulación del crecimiento muscular, mayor control del peso y una buena salud
cardiovascular, aunque la evidencia aún es insuficiente. Lo cierto, es que es
uno de los quesos con mayor contenido de proteínas y más bajo de calorías.
Mozzarella
Desde sándwiches
o ensaladas, hasta en pizzas o como cobertura de las sopas. La mozzarella es
uno de los quesos más suaves y con menos sodio, también es bajo en lactosa y
grasas, y rico en calcio y minerales esenciales, por lo que su consumo suele
vincularse a un mejor desarrollo óseo y buen funcionamiento del aparato
digestivo.
Parmesano
Puede que
sea una opción alta en sodio, pero el parmesano es un queso rico en calcio y
fósforo, sin contar su exquisito aroma y sabor. Además, tiende a ser más bajo
en grasas y más alto en proteínas que otros de sus pares. Incluso se lo
recomienda para quienes sufren problemas gastrointestinales asociados a la
lactosa, ya que este queso reduce su contenido de lactosa a medida que
envejece.
Pecorino
El pecorino
es una variedad de queso duro y salado que se obtiene de la leche de ovejas
(oveja en italiano es pecora). Si bien es reconocido por ser una excelente
opción para rallar, también es útil para gratinar o para servir de postre,
junto con frutas y miel. Es rico en nutrientes y minerales, como el calcio, y
bajo en lactosa.
Cottage
Este es un
queso que se produce con cuajada, escurrido, pero no prensado, por lo que no
posee una consistencia compacta (muchos investigadores aseguran que es lo más
parecido a los primeros quesos que se elaboraron). Combina muchas proteínas con
pocas calorías, y es excelente para mezclar con frutas, acompañar ensaladas o
preparar deliciosos postres.
Panela
Esta es una
de las opciones más saludables y vinculada a distintos beneficios de salud.
Suele aconsejarse como sustituto de otros quesos para personas con problemas de
colesterol, presión arterial o diabetes. Es suave y fresco, y al no requerir
maduración mantiene un importante nivel de agua, mientras que es bajo en
grasas.
Precauciones
Recuerda, al
igual que sucede con otros alimentos tentadores, como el chocolate, el secreto
para incorporar queso sin problemas se encuentra en la moderación y
complementación con una dieta saludable. Si lo consumes en exceso, el queso
puede provocar malestar estomacal, problemas cardiovasculares e incluso
deshidratación. HD
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