Un nuevo estudio le ofrece buenas noticias a los
amantes del café: no es probable que esa taza matutina haga que su corazón lata
de forma irregular.
El estudio, que se publicó en la edición del 23 de
mayo de la revista New England Journal of Medicine, encontró que
beber café no parece predisponer a las personas sanas a unas contracciones
auriculares prematuras (CAP).
Las CAP son un evento normal para un corazón sano,
pero algunas personas tienen la sensación de que el corazón se ha ‘saltado’ un
latido o ha tenido un latido adicional, lo que puede resultar desconcertante. Y
si ocurre con frecuencia, puede predisponer a una arritmia cardiaca más grave
en un futuro.
Los expertos dijeron que los nuevos hallazgos concuerdan
con la investigación sobre el café y la salud del corazón. A pesar de la mala
reputación de la cafeína, muchos estudios han encontrado que las personas que
beben café tienen unos riesgos más bajos de varias enfermedades, entre ellas de
enfermedad cardiaca, que quienes no lo beben.
Pero aunque estos estudios han sido tranquilizadores,
también presentaban limitaciones, señaló el primer autor del estudio,
el Dr. Gregory Marcus, cardiólogo y profesor de la Universidad de
California, en San Francisco.
Podría haber muchas diferencias entre las personas que
beben café y las que no, que afecten a sus riesgos de enfermedad, observó
Marcus. E incluso aunque los estudios intentan controlar estas diferencias,
añadió, es imposible tomarlo todo en cuenta.
Entonces, Marcus y sus colegas realizaron un ensayo
clínico que de verdad evaluó si el café puede tener unos efectos agudos
particulares en el corazón. Su pregunta principal era si la taza (o las dos o
tres tazas) que una persona bebe usualmente puede aumentar el número de CAP que
el corazón experimenta.
Las CAP suceden en los momentos en que las cámaras
superiores del corazón (las aurículas) se contraen con cierta antelación,
cuando todavía no contienen mucha sangre. Esto, a su vez, puede ser seguido por
una pausa y por una contracción más fuerte de lo usual. Aunque esta sensación
puede ser alarmante, dijo Marcus, las CAP son una parte normal de la función
cardiaca humana.
“Todos las tenemos”, aseguró. “Si le pusiera un
monitor cardiaco a una persona que va por la calle, encontraría CAP”.
Dicho esto, la investigación reciente sugiere que los
adultos mayores con una frecuencia relativamente alta de CAP tienen un riesgo
más alto de desarrollar fibrilación auricular (FA), una arritmia cardiaca en
que las aurículas se contraen de manera errática en lugar de mantener un latido
constante. La FA no es letal de inmediato, pero puede provocar síntomas
molestos, como palpitaciones cardiacas y mareo. Y con el tiempo, puede aumentar
el riesgo de insuficiencia cardiaca o accidente cerebrovascular (ACV).
Entonces, comentó Marcus, es importante averiguar si
un hábito de beber café a diario afecta a la frecuencia de las CAP. Basándose
en los hallazgos de su equipo, la respuesta podría ser que no.
Los investigadores reclutaron a 100 adultos sanos que
bebían una cantidad moderada de café, de no más de una taza al día en la
mayoría de los casos. A lo largo de dos semanas, los participantes fueron
asignados al azar a tomar café con cafeína ciertos días, y a evitar la cafeína
por completo otros días. Usaron un parche de electrocardiograma durante todo
este tiempo, que registró la actividad eléctrica del corazón.
En general, encontró el estudio, las personas tenían
un número promedio similar de CAP los días que bebían café y los días sin cafeína:
58 y 53, respectivamente.
Hubo una pequeña diferencia respecto a las
contracciones ventriculares prematuras, que implican a las cámaras inferiores
del corazón. En los días que bebían café, las personas tuvieron un promedio de
144 contracciones ventriculares prematuras, en comparación con 102 los días sin
cafeína.
Las contracciones ventriculares prematuras, cuando son
frecuentes, podrían aumentar el riesgo de insuficiencia cardiaca crónica, según
investigaciones anteriores.
Pero un cardiólogo que no participó en el estudio dijo
que es importante considerar las cosas en contexto.
“La mayoría de las personas tienen alrededor de
100.000 latidos cardiacos al día”, apuntó el Dr. David Kao, profesor
asociado de medicina y cardiología de la Facultad de Medicina de la Universidad
de Colorado. Según los cálculos, aclaró, los días en que los participantes del
ensayo bebieron café, alrededor de un 0.15% de sus latidos implicaron a una
contracción ventricular prematura, frente a un 0.1% en los días sin cafeína. Kao
dijo que el estudio es único, en cuanto a que es un ensayo clínico que evalúa
algunos de los efectos agudos del café. La conclusión, afirmó, es que respalda
lo que los estudios de grandes poblaciones sugieren: el café, por lo menos, no
es dañino para la salud del corazón.
El ensayo sí observó un par de resultados adicionales,
y encontró noticias buenas, y no tan buenas.
Los días que bebieron café, las personas hicieron un
poco más de actividad física (según se registró mediante dispositivos Fitbit).
Por otro lado, durmieron alrededor de media hora menos en la noche.
Para Marcus, los hallazgos significan que los amantes
del café deben personalizar lo que eligen. Si tienen problemas para dormir,
planteó, deben intentar limitarse a la taza de la mañana. Si necesitan ayuda
para moverse, pueden intentar tomar café una hora antes del momento en que
planifican estar activas. Marcus les sugirió a las personas a quienes los
cambios en el latido cardiaco sí les molestan que eviten el hábito y vean qué
sucede. “Pero en general”, apuntó, “pienso que estos hallazgos son
tranquilizadores”. Sin embargo, Marcus sí desaconsejó consumir bebidas de
energía con mucha cafeína como motivación para el ejercicio. “A veces, las
personas piensan que si un poco es bueno, mucho debe ser mejor”, anotó. Pero de
hecho, añadió Marcus, se sabe que las bebidas energéticas han provocado
arritmias en personas jóvenes por lo demás sanas.
Según la Administración de Alimentos y Medicamentos
(FDA) de EEUU, los adultos sanos pueden consumir hasta 400 miligramos de
cafeína al día de forma segura, que es la cantidad que hay en entre cuatro y
cinco tazas de café. HDyANHD
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