Recientes
estudios sugieren que ciertos aspectos de la depresión, la ansiedad y la
vulnerabilidad al estrés podrían resultar de la exposición a condiciones
ambientales nocivas o experiencias adversas tempranas capaces de perturbar
distintos sistemas de neurotransmisión durante la infancia de los individuos.
Ahora, un estudio de un grupo de investigación del CONICET logró describir en
un modelo de ratón un mecanismo biológico cuya alteración aumentaría la
vulnerabilidad para desarrollar ciertas enfermedades psiquiátricas en la
adultez. El trabajo se publicó en la revista Development.
«Conocer
los mecanismos cerebrales tempranos que predisponen a desarrollar depresión,
ansiedad y una mayor vulnerabilidad al estrés, podría servir para buscar
psicofármacos que corrijan cambios funcionales en los circuitos neuronales, y
de ese modo mejorar el abordaje terapéutico de esos trastornos psiquiátricos»,
señaló Mariano Soiza Reilly, doctor en Biología por la UBA, líder del estudio e
investigador del CONICET en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y
Neurociencias (IFIBYNE, CONICET-UBA).
Neuronas
de serotonina
En la depresión y la ansiedad se registran
alteraciones en los niveles de serotonina, un neurotransmisor que en el cerebro
se sintetiza en los núcleos del rafe, una región cuya actividad regula las
emociones, las respuestas al estrés, la respiración, la locomoción, el apetito
y otras funciones.
Si
bien hay diversos estudios acerca de la maduración de las neuronas de
serotonina del núcleo dorsal del rafe, se sabe muy poco sobre cómo se
establecen y refinan las conexiones entre esas neuronas y la corteza prefrontal
durante el desarrollo posnatal. «Este circuito cerebral reviste gran interés
dado que controla las respuestas de los individuos frente a situaciones de
estrés. Estudios preclínicos en roedores revelan que la alteración de esta
conexión, producto de experiencias adversas durante el desarrollo posnatal,
predispone a los animales a desarrollar conductas de tipo depresivas y ansiosas
en la adultez», señaló Soiza Reilly.
En
el reciente trabajo, Soiza Reilly y su equipo lograron describir por primera
vez la trayectoria de circuitos neurales que llegan desde distintas regiones
del cerebro, incluyendo a la corteza prefrontal, y cómo se van conectando con
el núcleo del rafe. «Estudiamos el desarrollo del cerebro del ratón y pudimos
comprobar que entre la tercera y cuarta semanas posnatales las neuronas de la
corteza prefrontal maduran sus conexiones con las neuronas del núcleo del
rafe», destacó el investigador del CONICET.
Además
de análisis electrofisiológicos realizados por Paula Perissinotti, doctora en
Biología e investigadora del CONICET del mismo instituto, el equipo empleó una
técnica de microscopía de alta resolución novedosa denominada array tomography
basada en inmunofluorescencia de ‘rebanadas ultrafinas’ que, Soiza Reilly
desarrolló durante sus posdoctorados en el Hospital de Niños de Boston asociado
a la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, y en el Instituto Nacional de
la Salud y la Investigación Médica de Francia (INSERM) y en la Universidad de
la Sorbona, en Paris, Francia. Con esta técnica, los especialistas del CONICET
obtuvieron imágenes tridimensionales que permitieron evaluar con alta precisión
las distintas etapas de la maduración del circuito de estudio.
«A
partir de estos resultados, nos proponemos explorar estrategias terapéuticas en
modelos preclínicos que puedan ‘corregir’ estas alteraciones en la maduración y
comprobar si se pueden prevenir o mejorar los síntomas fisiopatológicos, indicó
Soiza Reilly. Y agregó: «Los resultados de estos estudios podrían arrojar luz
sobre cómo modificaciones en la formación y maduración de circuitos cerebrales
durante distintas etapas del neurodesarrollo pueden contribuir a la etiología
de enfermedades psiquiátricas». BP
No hay comentarios.:
Publicar un comentario