El
respeto de la persona humana considera al prójimo como ‘otro yo’. Supone el
respeto de los derechos fundamentales que se derivan de la dignidad intrínseca
de la persona.
La
igualdad entre los hombres se vincula a la dignidad de la persona y a los derechos
que de ésta se derivan.
Las
diferencias entre las personas obedecen al plan de Dios que quiere que nos
necesitemos los unos a los otros. Esas diferencias deben alentar la caridad.
La
igual dignidad de las personas humanas exige el esfuerzo para reducir las
excesivas desigualdades sociales y económicas. Impulsa a la desaparición de las
desigualdades inicuas.
La
solidaridad es una virtud eminentemente cristiana. Es ejercicio de comunicación
de los bienes espirituales aún más que comunicación de bienes materiales. CIC
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