domingo, 21 de enero de 2024

Un 91% de precisión al diagnosticar fatiga crónica…

Un análisis de sangre desarrollado recientemente es muy preciso para diagnosticar el síndrome de fatiga crónica. Ofrece el primer método objetivo para identificar esta enfermedad, que se estima que afecta entre 17-24 millones de personas en todo el mundo.
En un estudio dirigido por la Universidad de Oxford, los investigadores examinaron los resultados de las pruebas de 61 personas diagnosticadas con síndrome de fatiga crónica, 21 con esclerosis múltiple y 16 sin problemas de salud conocidos. Los resultados, publicados en la revista Advanced Science, indican que la nueva prueba cuenta con una tasa de precisión del 91%. Además, puede discriminar entre síntomas leves, moderados y graves de la enfermedad en el 84% de los casos.
El diagnóstico del síndrome de fatiga crónica es actualmente difícil, y se estima que 9 de cada 10 pacientes que padecen la dolencia desconocen su afección. La autoevaluación de los síntomas, la realización de cuestionarios y la dependencia de otras valoraciones subjetivas forman parte de la estrategia de diagnóstico actual. Los autores escribieron que la última prueba emplea inteligencia artificial para examinar vibraciones inducidas por láser en una sola célula sanguínea, utilizando espectroscopia Raman, una tecnología capaz de sondear células individuales.
El síndrome de fatiga crónica, o encefalomielitis miálgica (EM), es una afección médica compleja y debilitante caracterizada por una fatiga profunda y persistente que no responde al descanso ni al sueño. Esta fatiga suele ir acompañada de una variedad de otros síntomas, que incluyen:
·        Los problemas cognitivos, también conocidos como ‘niebla mental’, pueden afectar la memoria y la concentración.
·        Sueño poco reparador, a pesar de periodos prolongados de descanso.
·        Dolores musculares y articulares.
·        Dolores de cabeza.
·        Dolor de garganta.
·        Ganglios linfáticos sensibles.
El esfuerzo físico o mental puede agravar los síntomas y provocar un período de recuperación más prolongado en el malestar post-esfuerzo (MPE). Aún se desconoce el origen exacto del síndrome de fatiga crónica y puede ser difícil de diagnosticar debido a la falta de pruebas de laboratorio específicas o de signos físicos. La presencia de ciertos síntomas y la exclusión de otros trastornos médicos que podrían explicar estos síntomas a menudo se utilizan para hacer un diagnóstico.
El síndrome de fatiga crónica puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de una persona y, actualmente, no existe una cura reconocida para ello. El tratamiento se centra en el control de los síntomas y el bienestar general mediante la combinación de cambios en el estilo de vida, fármacos específicos para los síntomas y terapias como la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la terapia de ejercicio gradual (TEG). La experiencia de cada paciente con síndrome de fatiga crónica es única y las estrategias de tratamiento con frecuencia se ajustan a sus necesidades específicas.
Las personas que padecen esta afección pueden quedar postradas en cama durante períodos variables, lo que puede afectar su capacidad para trabajar, asistir a la escuela o participar en actividades familiares. Cabe mencionar que alrededor del 70% de las personas con síndrome de fatiga crónica son mujeres y alrededor del 75% de los casos están precedidos por algún tipo de infección.
En su informe, los científicos mencionaron que la prueba recientemente diseñada podría ser valiosa para distinguir entre afecciones con síntomas superpuestos, como la fibromialgia, la enfermedad de Lyme y el COVID prolongado. JQR

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