«¡Hic, hic, hic!» Este es el típico sonido que provoca
el hipo, un movimiento involuntario que todas las personas padecen en algún
momento de sus vidas. Aunque es muy común e inofensivo, y la mayoría de las
veces desaparece sin la necesidad de un tratamiento, en algunos casos puede
indicar la presencia de una afección subyacente o ser motivo de molestias y
vergüenza. Conoce aquí sus causas, síntomas y formas de combatirlo.
El hipo ocurre a causa de una serie de contracciones
involuntarias del diafragma, un músculo que cumple un papel clave en la
respiración y separa el pecho del abdomen. Tras cada una de estas contracciones
involuntarias sigue un repentino cierre de las cuerdas vocales, provocando el
famoso sonido del hipo «hic».
No existe una única causa para el hipo. En algunos
casos, generalmente cuando es agudo, puede deberse a:
·
Beber demasiado alcohol o
bebidas con gas.
·
Comer en exceso o muy rápido.
·
Comer alimentos picantes o muy
calientes.
·
Sufrir agitación o estrés
emocional.
·
Sufrir cambios bruscos de
temperatura.
·
Sufrir hinchazón estomacal.
·
Tragar aire al mascar dulces.
Sin embargo, existen casos en los que el hipo es un
síntoma de otra afección:
·
Abuso de drogas.
·
Lesión o irritación en los
nervios.
·
Trastornos del sistema
nervioso central.
·
Trastornos metabólicos.
Si el hipo persiste por mucho tiempo y no se atiende,
puede dejar de ser una situación inofensiva y causar:
·
Problemas para alimentarse.
·
Problemas para dormir.
·
Problemas para hablar,
comunicarse e incluso socializar.
·
Problemas para que las heridas
cicatricen, especialmente tras una cirugía.
Cómo
acabar con el hipo
En primer lugar, es necesario aclarar que la evidencia
científica disponible es insuficiente para probar la efectividad de los
remedios o prácticas que tradicionalmente se utilizan para deshacerse del hipo.
Esto no significa que estas no sean eficaces, ya que, como resaltan distintos
expertos, ponerlas en práctica puede ayudar a relajar el diafragma o estimular
los nervios vago o frénico (conectados al diafragma).
Alimentos
y bebidas
Una forma de estimular el nervio vago o frénico, o
impactar sobre el diafragma para detener los movimientos involuntarios que
genera el hipo, es mediante la alimentación. Prueba estas opciones:
·
Beber agua tibia lentamente y
sin respirar hasta terminar el vaso.
·
Beber agua fría o con hielo.
·
Beber del lado opuesto del
vaso (inclinándolo hacia arriba pero debajo de la barbilla).
·
Chupar cubos de hielo.
·
Colocar un par de gota
de vinagre sobre la lengua.
·
Comer o dejar algo dulce sobre
la lengua entre 10 y 15 segundos.
·
Tomar jugo
de limón o chupar una rodaja (procura enjuagar tu boca luego para
evitar que su ácido dañe el esmalte dental).
Manejar
la respiración
Debido a que el hipo es una afección relacionada a los
pulmones, manejar la respiración puede resultar de ayuda para hacerlo
desaparecer. Para ello, puedes:
·
Respirar lentamente,
extendiendo los períodos de inhalación y exhalación.
·
Contener la respiración entre
15 y 20 segundos, y luego exhalar lentamente.
·
También puedes ayudarte con
una bolsa de papel, para respirar seguido dentro de ella.
Otra opción es realizar estos ejercicios de
respiración, pero en diferentes posiciones que ayuden a ejercer presión sobre
el diafragma, como:
·
Agacharse para comprimir el
pecho.
·
Sentarse y abrazar las
rodillas.
Estimular
mediante la presión
Los puntos de presión (en chino, Dim mak) son áreas
del cuerpo que al ser manipuladas de alguna manera específica pueden causar
distintos efectos. Algunos de ellos no son agradables, como dolor, mareo, ardor
e incluso desmayo. Sin embargo, otros resultan beneficiosos, disminuyendo el
dolor de cabeza, promoviendo la relajación, calmando molestias estomacales o,
en este caso, deteniendo el hipo. Para ayudar a relajar el diafragma o
estimular los nervios vago o frénico puedes:
·
Apretar suavemente la nariz
para cerrarla mientras bebes agua.
·
Jalar suavemente un par de
veces la lengua sosteniéndola desde la punta.
·
Presionar el diafragma (se
encuentra justo debajo del extremo de tu esternón).
·
Presionar la palma de la mano.
·
Masajear suavemente con
movimientos circulares las arterias carótidas (se encuentran en ambos lados del
cuello).
·
Masajear suavemente la piel de
la parte trasera del cuello.
Otros
consejos
Desde la medicina tradicional y el saber popular se
destacan otras formas de hacerle frente al hipo:
·
Someterse a prácticas
alternativas o complementarias, como la hipnosis o acupuntura.
·
Sufrir un buen susto, ya que
este estado ayuda a detener el movimiento involuntario de manera súbita.
·
Tocar el fondo de la garganta
con un hisopo de algodón, ya que favorece la sensación de náuseas o el reflejo
de toser, acabando con el hipo.
·
Distraerte, ya que en algunos
casos el hipo puede dejar de presentarse cuando no estamos pendientes de él.
Cuando
llamar al doctor
Si bien estos consejos son útiles cuando sufres un
caso de hipo agudo, deberás consultar con un profesional de la salud si este es
crónico, es decir, se extiende por más de dos días. En algunos casos, esto
puede ser un síntoma de una afección que requiera tratamiento, por lo que lo
mejor es anticiparse.
El profesional de la salud puede recurrir al uso de
medicamentos, como relajantes musculares, antipsicóticos o antieméticos (contra
las náuseas). También puede optar por inyecciones de anestesia, para bloquear
centrales nerviosas, e incluso implantar una batería que estimula el nervio
vago y ayuda a controlarlo (aunque esto está reservado para los pocos casos
extremos). HD
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